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En Santiago del Estero, el equipo de Paraná cayó ante el Xeneize por 4-2 tras igualar 0-0 en los 90 minutos. Los dirigidos por Sebastián Battaglia pasaron a las semifinales de la Copa Argentina y esperan por Argentinos Juniors o San Telmo.

Los primeros 10 minutos fueron para Patronato, sin una superioridad marcada, pero con un orden que lo hacía ganar en la mitad de la cancha gracias a ese 4-4-2 que propuso Iván Delfino. Boca, por su parte, se adueñó de los siguientes 15 y tuvo tres chances: dos de Nicolás Orsini -en una pecó de generoso por dársela a Norberto Briasco- y un remate mordido del ex Huracán que pudo prometer más si es que levantaba la cabeza y lo veía entrando solo a Edwin Cardona más abajo.
Boca 0 (4)-(2) 0 Patronato I Copa Argentina
Fue poco lo del colombiano, apenas algunas apariciones y un remate de tiro libre que Matías Ibáñez controló en dos tiempos. También lo de Juan Ramírez, quien no encontró sociedad con los de arriba. Sin mucho más para resaltar, el partido se desdibujaba de camino al entretiempo, justo cuando el juego se volvía más friccionado y las tarjetas amarillas tomaban el protagonismo.

Zafó el Patrón de quedarse con uno menos porque el árbitro Pablo Echavarría le salvó la vida a Gabriel Gudiño tras dos duras infracciones al hilo. Pasado el peligro, los de Delfino tuvieron dos buenas oportunidades sobre el final: Nicolás Delgadillo probó los reflejos de Agustín Rossi con un remate a la carrera y luego cuando se iba solo al arco de Boca en una contra, Echavarría hizo sonar su silbato.

El segundo tiempo arrancó con algunos contratiempos para Boca: Ramírez duró menos de un minuto y pidió el cambio -en el banco le pusieron hielo en la rodilla izquierda- y después Rossi salió lejos y a destiempo para intentar descolgar un centro. Gudiño casi factura con el arco vacío.

De ahí en más la cancha se inclinó en favor de Boca, que no estuvo fino en la definición. Fue un remate a la corrida de Frank Fabra, el mejor en el ataque, que alcanzó a contener Ibáñez, en dos tiempos. Y después casi mojan Orsini y Luis Vázquez, quienes no alcanzaron a empujarla tras dos prometedores centros al ras del piso.

A fin de cuentas, Boca se acordó tarde de tirar toda la carne al asador, mientras que Patronato se aferró cada vez más al cronómetro para hacer su negocio, los penales. La última quedó en la zurda de Matías Palavecino, pero mejor fue la volada de Rossi.

Después llegaron los disparos desde los doce pasos, donde las cuotas de justicia o injusticia se van pagando tiro a tiro, aunque a veces el saldo termina favoreciendo las aspiraciones del banco y en otras la del deudor.

Y así, mientras miraba detrás de un termo y un mate, Juan Román Riquelme confirmó que es linealmente un tipo de suerte, ya que las tres veces que acompañó al equipo fuera de La Bombonera como vicepresidente y titular del Consejo de Fútbol, el Xeneize empató 0-0, además de hoy, frente a Banfield y River en la instancia anterior de octavos de final de la Copa Argentina, cuando también se impuso por penales.

Hoy, Boca está a dos partidos de su objetivo: clasificarse a la próxima edición de la Copa Libertadores, su máximo anhelo.
Fuente: TyC Sports

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