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A poco de obtener el alta de su internación por Covid-19 en el hospital San Martín de Paraná, el periodista Tirso Fiorotto contó su experiencia.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio De la Plaza), Fiorotto contó que se encuentra bien y refirió: “Ahora estoy un poco mejor, estoy recuperándome y tengo que hablar bajo porque me agarran ataques de tos. Esto me va a acompañar varios días, estuve una semana con mucha fiebre, con mucha tos y otros problemas que se fueron acumulando, al punto que tuvieron que internarme para ponerme oxígeno y así respirar más tranquilo”.

Fiorotto estuvo tres días internado en la sala 6 del hospital San Martín y agradeció que fue “muy bien atendido por enfermeras, enfermeros y médicos”.

Respecto de la forma de contagio, contó: “Nos veíamos venir esto porque tengo una situación familiar, donde mi suegro está imposibilitado en la cama desde hace muchos meses y mi suegra también tiene dificultades con lo cual por esa casa pasan unas 40 a 50 personas por semana en la atención de la salud, de los alimentos, los familiares y nosotros estamos permanentemente allí porque son personas con dificultades por sus edades. Sabíamos que era una bomba de tiempo que ahora explotó y terminamos internados mi suegro, unas tías, unas cuñadas y yo”.

En cuanto a su situación particular, comentó: “Estoy en condiciones físicas privilegiadas ya que estoy haciendo mucho trabajo físico, especialmente haciendo trabajos de albañilería, y cuando me tocó pensé que estaba en buena situación física pero ocurrió que la fiebre era tan alta que me aplastó y luego la tos me provocó problemas en el estómago y no soportaba los alimentos ni tomar el agua”. “Por todos lados me atacó el bicho, uno cree que le está ganando la batalla y el señor virus es muy vivo”, describió de manera metafórica.

En ese marco, opinó que tras su hisopado “pasaron unos cinco días sin conocer el resultado, y en ese tiempo seguía muy mal y no podía ir al médico” con lo cual “hay un desfase que debiera ser atendido; porque la persona que se hace el hisopado sale sin ninguna sugerencia más que aislarse”. “Recién a la semana cuando debí acudir obligadamente al hospital, me dieron el resultado positivo, pero ya tuvieron que internarme”, acotó.

Mencionó que en su familia hubo “cinco personas internadas pero hubo otros que tuvieron síntomas muy leves. Algunos tuvieron pérdida del olfato y el gusto, que en algunos les provocó malestar en el estómago y a otros no. En algunos casos los síntomas son tan leves que te permite seguir la vida con totalidad normalidad. A cada uno lo afecta de una manera distinta”.

“Mi situación para nada fue extrema ni grave, sino que necesité una ayuda del oxígeno y un antiinflamatorio; en mi familia ninguno llegó a un estado grave a pesar de que hay personas de más de 87 años con Covid”, resaltó.

Consultado por la forma en que vivió la internación y el aislamiento, Fiorotto señaló: “No tuve miedo porque he tenido problemas de salud más graves que esto. Uno ya sabe que es un virus que tiene su ciclo y después de unos días, declina su virulencia”.

“La muerte siempre está presente en todos nosotros, podemos morirnos hoy sin ningún motivo; lo que da mucha alegría es que uno piensa que lo vence solo al virus pero desde los grupos de amigos y familiares me dicen que cada uno me encomendó a un Santo distinto: un yerno que se fue 70 kilómetros a caballo para encomendarme a la Virgen, mi madre que le rezaba al Sagrado Corazón, otro amigo que me encomendó al Lázaro Blanco y otro al Gauchito Gil. Entonces, uno piensa que vence solo al virus pero esto de recibir el entusiasmo, la buena onda, la compañía, hace que uno esté fortalecido anímicamente”, reflexionó.

Por otra parte, planteó que “el deporte es salud; sin deporte y sin actividad física no se puede vivir y de seguir así nos vamos a enfermar todos, pero tiene que haber un equilibrio. Al mismo tiempo en que nos cuidamos tiene que haber una atención de todos los factores del ser humano, porque si no, nos vamos a terminar muriendo por otros motivos”.

Relató que en la sala donde estuvo internado “había otras dos personas: un hombre en condiciones extremas que estaba muriendo por otros motivos y otro hombre con síntomas menos violentos que los míos”. Además, dijo que pudo hablar “muy poco” con médicos y enfermeros porque “entran a la sala todos vestidos, no se les ve las caras, y cada vez que entran y terminan la atención, tiran toda la ropa”.

“Este virus tiene mucha fama pero no es que me haya impactado de alguna manera extrema o que me haya llevado a reflexiones sobre la vida y la muerte, he estado en otras situaciones mucho más delicadas que esta con mi familia. Estamos con familiares postrados desde hace meses, les tocó el virus y en dos días salieron de la internación. En nuestro caso no se presentó una situación extrema ni estuvimos al borde de la muerte”, concluyó.
Fuente: Análisis Digital

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