La crecida de los arroyos y tajamares con sus correspondientes desbordes lleva a que los animales autóctonos de las costas lleguen a los sectores más altos de los campos, como también de los sectores urbanos. El hombre que fue mordido tenía colocadas botas de goma para el barro pero, pese al elemento de protección, los colmillos lograron atravesar el calzado especial. Fue así que la víbora afectó a la zona de la pantorrilla.
Por el espeso barro o los caminos de tierra cruzados por los arroyos inundados, es que el afectado fue llevado de urgencia en una camioneta cuatro por cuatro, por lo que enterada la policía del traslado hizo un paso libre para permitir el ingreso más directo al hospital San Blas.
Por el oportuno tratamiento y la existencia de suero antiofídico, se logró controlar al veneno, por lo que tras un día de observación, al peón se le dio este jueves el alta médico.
Se conoció que hubo otro caso no tan grave, donde también se tomó la decisión de ultimar al animal.
El hospital de Nogoyá, se informó cuenta con un buen stock de suero antiofídico, y desde la Policía se alertó por la visualización de numerosas yararás en el casco de la ciudad, para lo cual se recomendó extremar los cuidados a la hora de caminar siempre con los miembros inferiores protegidos por botas o calzados especiales para el agua y barro.