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Ambientalistas denunciaron que las travesías de autos, jeeps, motos y camionetas están afectando el humedal en la zona del Paraná Viejo.

Una organización ambientalista rosarina encendió el alerta tras detectar que con la bajante del río Paraná, decenas de autos, motos, Jeeps y camionetas descienden desde el puente Rosario-Victoria para arremeter con sus vehículos en la zona de islas del Paraná Viejo, frente al sector denominado Los Benitos, y el Pimpollal, reveló el periodista Lucas Ameriso.

"Esto es un descontrol, tierra de nadie, hasta podaron árboles para hacer un acceso interno y llegar a la arena. Parece que cada uno hace lo que quiere", se quejó un referente de la ONG El Paraná No Se Toca. Sin embargo, tanto Prefectura Naval como la policía entrerriana afirman que quienes ingresan por tierra "no cometen ningún delito".

"Estamos muy preocupados. El municipio de Victoria no controla, el concesionario vial del puente (Caminos del Río Uruguay) tampoco y eso que hay carteles en las bajadas que dicen «No pasar» y deberían cuidar esta zona protegida de los humedales. El puesto de Gendarmería Nacional controla la carga arriba de la ruta, pero a los que bajan a la isla no le prestan atención y los guardafauna de la delegación de islas no tienen recursos. Es un cóctel complicado para el medio ambiente", enumeró Pablo Cantador, de El Paraná No Se Toca.

"¿Están entorpeciendo la circulación del puente? ¿Cometen algún delito?", se preguntó el jefe de Prefectura Naval de Rosario, Walter Rosende, para agregar: "Se puede circular libremente, a menos que haya una ley que diga lo contrario o que provoquen contaminación, arrojen sustancias y ahí sí debe intervenir la autoridad competente".

Para Rosende, la caravana de vehículos en la zona de islas "no configura delito y muchos aprovechan la bajante para ir a pescar o bañarse. Cada uno tiene su derecho a menos que invadan propiedad privada y se los denuncie", subrayó.

Según el relevamiento hecho por la ONG, el descontrol se apropió de la zona de islas entrerrianas ubicadas antes del peaje del puente (dirección hacia Victoria). Allí hay una bajada desde el corredor vial que desemboca en una tranquera donde estaba el obrador de la antigua concesionaria Puentes del Litoral.
Llaves multiplicadas
"Se adueñaron de la tranquera, han repartido copia de las llaves de los candados por todos lados. Es increíble ver cómo llegan grupos de vehículos, todos con sus llaves, a una zona protegida. Pero es el concesionario el responsable, y permite que incluso bajen maquinaria pesada para hacer terraplenes en un humedal que se va secando", denunció Cantador.

El fin de semana pasado se registró la presencia de un lote de Jeeps en plena travesía. Haciendo huella por caminos y hasta ingresando a la arena a centímetros del Paraná.

Al respecto, se pronunció el titular de la comisaría de El Charigüé, José González. "No hay delito, no rompen nada. Si hay una violación a la propiedad privada, se tendría que accionar ante una denuncia penal. Lo que se generó ahora es un caudal de vehículos, difícil de controlar. Se ha intentado cambiar el candado de la tranquera, pero siempre alguien facilita la llave. Nosotros no tenemos ningún delito, ni denuncia de parte del concesionario que diga que está ingresando gente, no hay nada plasmado", indicó el uniformado entrerriano.

Para los ambientalistas, esto provoca que la fauna autóctona del lugar se espante. "Es temporada en a que anidan diversas especies de aves, pero ya no están. Las fueron corriendo con el ruido", apuntaron desde la organización.

Según consideró Cantador, hay un cúmulo de responsabilidades compartidas. "El concesionario no puede dejar la tranquera con libre acceso para cualquiera. El municipio de Victoria no hace nada. La comisaría del Charigüé no tiene recursos para controlar, pero después se ven policías de adicional en las fiestas que organizan en la isla. Y Gendarmería tiene jurisdicción y poder de acción en todo el territorio al ser el puente una ruta nacional", destacó.

Otro de los referentes de la organización aportó datos sobre la invasión de vehículos en la isla. "Cortaron árboles para hacer un camino en el islote Los Benitos y llegar desde adentro ", señaló Gustavo Sodoyer.

Los ambientalistas refirieron que hace años el control era más severo para quienes querían descender del puente: "Hoy nadie hace nada".

Además de la caravana de autos y travesías en Jeep, la misma zona se prepara para recibir una nueva fiesta electrónica. "Ya está anunciada para noviembre. El año pasado tiraron hasta fuegos artificiales. Se dijo que la policía no estaba al tanto, pero ella misma controlaba la fiesta", indicó Sodoyer.

Para la periodista especializada en temas ambientales, Jorgelina Hiba, lo que sucede frente a Rosario "es fruto de la falta de control, pese a que ocurre en un área protegida por la Constitución Nacional, por leyes, normativas de Entre Ríos y ordenanzas de Victoria. Cada verano las infracciones a las normas avanzan un poco más; las actividades autorizadas deben ser compatibles con el cuidado del humedal".
Fuente: La Capital de Rosario

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