La decisión fue difundida por la presidenta del FNA, Diana Saiegh, y transmitida mediante una afectuosa carta a Rossi, radicado en Chajarí.
Rossi, de 88 años, nació en General Arenales, provincia de Buenos Aires, y vive en cercanías del arroyo Mocoretá, Entre Ríos, después de una larga estadía en Concepción del Uruguay. Ha publicado más de veinte obras sobre la historia de nuestro continente, y es un firme estudioso de los saberes de los pueblos milenarios que habitan este suelo y de los poderosos que intentan ocultarlos o distorsionarlos.
En una descripción, dan a conocer que es autor de obras como: Historia saboteada del Abya yala, Amores que matan desde hace cinco siglos, Diseños nativos de la Argentina, La Máscara de América, Mito y religión: el fraude del catolicismo, entre otras referidas a la historia de los pueblos guaraní, chané chiriguano, wichí, alacaluf, charrúa, yámana; fundador y director de museos; permanente polemista sobre prejuicios consolidados contra las culturas del continente; Rossi ha sembrado y siembra semillas que cosechó a lo largo de las décadas, en relación con comunidades milenarias y vivas, y con estudiosos de nuestro continente que supieron librarse de los cánones atornillados por el poder.
El centro de estudios Junta Abya yala por los Pueblos Libres le entregó a Rossi una carta en la que le dicen:
Estimado profesor Juan José Rossi, querido Juanjo:
los miembros de la Junta Abya yala por los Pueblos Libres celebramos la distinción del Fondo Nacional de las Artes que hacemos propia. Anhelamos que sirva, de paso, para que volvamos la mirada a tu obra luminosa sobre la vida, los saberes y las luchas del continente; a tu obra crítica de todo tipo de invasión, sea económica, militar, epistémica o religiosa.
“La conquista es invasión que permanece intacta”. Esa frase tuya nos llena de compromiso, conscientes de que la modernidad occidental, iniciada en el genocidio y el saqueo de las mujeres y los hombres del Abya yala y la esclavización de los africanos, continúa por métodos diversos en la colonialidad, pleno siglo XXI.
Querido amigo y compañero: tu participación intensa y larga en la Junta Abya yala por los Pueblos Libres nos permite comprender culturas que la historia oficial ha menospreciado por siglos, y entender las armas tomadas por el eurocentrismo para subordinar a los pueblos del mundo mediante el capitalismo, el racismo, el individualismo, y con modos de conocer que los pretendidos amos del universo intentan instalar como únicos.
Tus palabras alumbran este mundo menospreciado, ninguneado, ignorado, distorsionado, y nos alertan sobre las formas camufladas del imperialismo colonialista, siempre reiventándose para uniformar a los pueblos y saquearlos. Cinco siglos igual.
Juanjo: desde tus años en las revistas Primera Plana y Panorama, pasando por tu rebeldía ante el clero, y siguiendo por tus hondos descubrimientos a campo de un mundo que nos ha sido negado, toda esa intensa vida que elegiste y conocemos es un testimonio auténtico de una vocación por la verdad por encima de mil prejuicios y distorsiones naturalizadas.
“No todos los pueblos resistieron de la misma forma. Algunos, gracias a su aislamiento, lograron mantener intacta su tradición lejos de la vista del voraz invasor. Otros solo lograron vivir y transmitir lo esencial de su cultura renunciando a las apariencias, es decir, manteniendo su estilo de relación con el cosmos, con las fuerzas de la naturaleza y su amor por la Tierra, no en tanto propiedad privada sino como madre simbólica de todo lo viviente”. Con párrafos como este que transcribimos has ido allanando el camino para revitalizar las culturas nuestras, pisoteadas. O como este otro: “Un ejemplo claro de la política de alianzas entre instituciones religiosas y poder cívico-militar se implementó precisamente a fines del siglo XIX y principios del XX con los espectaculares centros misionales del sur junto a progresistas estancias de europeos. Al promediar el siglo XIX una avalancha de ingleses y españoles de turbia catadura, basados en datos de investigadores y espías como Darwin, Musters, Mc’Caan, R. Lista y otros, resolvieron (ellos) que las inmensidades de la Patagonia y Tierra del Fuego donde señoreaban varias naciones de nativos desde miles de años antes, eran aptas para extraer oro y criar ovejas a gran escala. Pero según estos civilizados y emprendedores señores los habitantes preexistentes (mapuche, tehuelche, selk’nam, yámana y alakaluf) entorpecían el proyecto, ya que vivían libremente en esas tierras”.
Y bien: no era necesario el reconocimiento del Fondo Nacional de las Artes para que estuviéramos atentos a estos saberes, pero vale si la historia oficial con su ristra de próceres racistas sigue imponiéndose a diestra y siniestra y vos estás entre los pocos que le toman el pulso al corazón vivo de nuestros pueblos.
Te saludamos querido hermano con alegría y esperando la hora del reencuentro en las ruedas de mate que nos permiten esclarecernos. Con este abrazo te decimos: la modernidad centrada en un pequeño subcontinente altanero y bien dispuesto a la invasión y al saqueo no logró romper del todo las fibras del Abya yala que estamos aprendiendo a recuperar, valorar y poner en práctica por el vivir bien en comunidad, sin amos, sin mandones.
Siempre agradecidos. ¡Jallalla!
Junta Abya yala por los Pueblos Libres
Paraná, 3 de diciembre de 2020.-
Juan Antonio Vilar, Alberto Dorati, Lucrecia Brasseur, Pedro Aguer, Fortunato Calderón Correa, Jorge Villanova, Antonio Tardelli, Martín Barral, Ana Delia Scetti, Julio Jesús Majul, Ignacio González Lowy, Hugo Luis Rivas, César Pibernus, César Baudino, Carlos Julio Weber, Víctor Hugo Sartori, Silvina Suárez, Sergio Daniel Verzeñassi, Mario Escobar, Santiago Fiorotto, Mauricio Castaldo, María José López Ortiz, Haydeé Orrantia, Oscar Milocco, Mercedes Fiorotto, Carlos Natalio Ceruti, Martha Bader, Mario Leonardo Londero, Andrés Petric, Abel Schaller, Américo Schvartzman, Carlos Alberto Godoy, Daniel Tirso Fiorotto, Luis Lafferriere, Claudio Puntel, Marcelo Perini, Carlos Andrade.
