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El temporal reciente dañó aún más la estructura del paso que está en el camino a Ñandubaysal, sobre el arroyo La Capilla. Fue el jueves pasado cuando en poco más de seis horas cayeron sobre la ciudad 108 milímetros.

Ese día, el agua del arroyo volvió a desbordar la estructura del puente, impidiendo una vez más el paso vehicular. Y a pocos días del comienzo fuerte de la temporada, los vecinos que viven en la zona y los dueños de los complejos ubicados en ese lugar se unieron y mantuvieron una reunión ayer por la tarde, donde consensuaron exigir soluciones inmediatas para que, en caso de que colapse el puente, se tenga a mano una alternativa inmediata para que no queden aisladas las personas que viven y trabajan pasando el curso de agua.

“Es una problemática que tenemos desde hace varios años. y el miedo a quedar aislados es más real que nunca antes”, comentaron los operadores turísticos y vecinos de esa zona, quienes fueron recibidos por Marcelo Giachello, presidente de la Asociación Hoteleros y Gastronómicos de Gualeguaychú (AHGG), para ayudarlos a buscar una salida a este entuerto.

“Estamos en el comienzo de una temporada de verano que, a diferencia de la anterior que fue seca, se pronostica con muchas lluvias. No es muy alentador este panorama, no sólo por las repercusiones que puede traer a los que esperamos estos dos meses para poder trabajar sino que por el estado del puente el estado de incertidumbre es generalizado”, se quejaron.

Si el colapso del puente hipotéticamente sucediera en pleno fin de semana largo de Carnaval, quedarían aislados más de 9000 turistas que estarían alojados en Ñandubaysal y los complejos aledaños. Y ni hablar de los vecinos de la zona, quienes estarían atrapados en la misma situación, sin servicios de emergencias médica a mano, sin seguridad y sin nada para llegar de manera segura al otro lado. El peor de los escenarios, por supuesto, que al momento de caerse, se pierda alguna vida humana y todo termine siendo una catástrofe.
“Hace dos años comenzó a inclinarse el puente, pero ahora esta inclinación está más pronunciada que nunca. En ese momento le habían agregado hormigón porque se había hecho un agujero y se veía el agua que pasaba por debajo. Lo taparon por encima. Pero este último desborde, el de la semana pasada, lo hizo ceder un montón. La situación está más crítica que antes del jueves, y eso se nota muchísimo”, advirtieron.

La ciudad tiene un antecedente al respecto: hace menos de un año colapsó el puente que iba al Camino de la Costa justo antes de que comenzaran los trabajos en la tercera costanera. Pero entre una situación que ya pasó y una que podría pasar, las diferencias son notables: en el Camino de la Costa nadie quedó aislado, y el tránsito sobre el puente de La Capilla es mucho más fluido y los autos pasan mucho más rápido. Todo esto conforma un cóctel que podría desembocar en una tragedia o en un escenario muy contraproducente para la industria turística local.

Una de las soluciones que sugieren los habitantes y trabajadores de la zona es comenzar ya mismo a gestionar con el Ejército la fabricación de un puente móvil y de campaña para que esté listo para usar en caso de que la estructura caiga durante algunos de los temporales que se anuncian para el próximo verano. Esto evitaría que el aislamiento fuera prolongado para los que queden del lado de Ñandubaysal.

“Sabemos que ahora esto no se puede solucionar de manera total: estamos a días de empezar la temporada y hacer el puente desde cero sería imposible ahora. Pero buscamos que haya un solución alternativa, como podría ser un puente móvil listo para usar en caso de que la estructura ceda”, sugirieron los operadores turísticos y vecinos de la zona, quienes exigen que el Municipio comience a trabajar lo antes posible en prevenir todo esto y no que ser comience a buscar una solución el derrumbe suceda.
Fuente: El Día de Gualeguaychú

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