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Algunos las llaman “algas”; otros prefieren aludir al “verdín”. Lo cierto es que el tono verdoso de las aguas provocado por el surgimiento de cianobacterias ya no es un problema sólo de los lagos, como el de Salto Grande, sino que también ha avanzado hacia arroyos y ríos de la región.

Un informe elaborado en el Uruguay advierte que el problema se ha generalizado en casi todos los ríos y arroyos del vecino país, “incluso en lagos de Canelones y en la playa de Rocha”. La preocupación creció a la par que se conoció la existencia de dos casos graves que afectaron la salud de las personas.

Uno fue el de una niña que tragó agua y jugó en la arena contaminada de una playa montevideana, a la que por efecto de las toxinas hubo que hacerle un trasplante de hígado; y otro fue el de un hombre que hizo deportes náuticos en el lago de Salto Grande y, por aspirar las toxinas, hubo que internarlo en terapia intensiva y afortunadamente se recuperó.

Un informe de la Universidad de la República recientemente presentado en el Cenur Litoral Norte, establece que “los fertilizantes son los que generan las floraciones junto con la entrada de desechos de las ciudades. A más fósforo va a haber más cianobacterias”, y que las floraciones son grandes acumulaciones de cianobacterias que se producen cuando hay una explosión en su crecimiento debido al aumento de niveles de nutrientes (fósforo y nitrógeno), elevadas temperaturas, disponibilidad de luz y estancamiento del agua.

Son el síntoma del proceso denominado “eutrofización”, es decir la acumulación de estos organismos, la disminución del oxígeno disuelto, la potencial liberación de toxinas, y la muerte de flora y fauna hídrica, alterando los ecosistemas hídricos.
Fuente: El Telégrafo

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