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Las protestas por el aumento del precio del boleto del Metro de Santiago de Chile derivaron esta semana en graves disturbios. Fueron quemados edificios, subtes, una decena de colectivos y hubo saqueos en supermercados, farmacias y cadenas de comida rápida, entre otros.

Juan Ignacio, junto a su esposa, Mariana, ambos nacidos en Concepción del Uruguay, viven en Santiago desde 2015. Él contó cómo es la vida hoy en medio de las protestas y manifestaciones. Juan Ignacio es director de Estrategia Corporativa en AES Gener, una de las empresas de generación de energía eléctrica más importante de Chile

¿En los días previos, se veía venir un desenlace como éste?

Juan Ignacio: Se esperaba una marcha importante iniciada por estudiantes, disparada por el alza al boleto de subte que el gobierno dispuso en los últimos días, pero alentada en el fondo por la falta de políticas sociales que se vienen reclamando desde hace tiempo. Pero definitivamente no se esperaba que terminara de la manera en que terminó.

Uno de los puntos de la protesta es la desigualdad económica, ¿es muy marcada?, ¿Es cara la vida en Chile?

J.I: La desigualdad en términos de nivel de ingresos es, a mi entender, el problema más grave que tiene Chile desde hace años. Chile ha sabido estar en el primer puesto de los países con mayor desigualdad del mundo, según informes del Banco Mundial, y los gobiernos han hecho poco y nada para que eso mejore. Es un país con indicadores económicos muy buenos, que crece de manera más o menos estable desde hace años, pero donde el beneficio de ese crecimiento queda en muy pocas manos. El poder político se ha confiado siempre en lo acostumbrado que ha estado el pueblo chileno a ese contexto, pero, en algún momento, la gente se iba a despertar y la situación iba a explotar. Y el viernes lo hizo de la peor manera.

Si bien el salario promedio en Chile es de los más altos de la región, más del 80% de la gente gana menos que eso y no alcanza para el costo de vida altísimo que tiene el país. El transporte puede alcanzar el 30% del salario mensual de una persona y ni hablar del gasto en salud y educación que deben afrontar. Esa desigualdad, sumada a los cada vez más frecuentes casos de corrupción que han aparecido y a la poca voluntad política de hacer frente a esos problemas que se evidencian, por parte de los sucesivos gobiernos en los últimos años, pusieron al pueblo chileno en una situación en la que cree que ya no tiene nada más que perder. Y quien cree que nada tiene para perder reacciona de la manera que lo hizo este fin de semana, que ni el toque de queda decretado por el presidente pudo pararlo.

¿Cómo es la situación en este momento en Santiago, hay temor en las calles?

J.I: En este momento la incertidumbre es muy grande. Desde hace una hora estamos de nuevo bajo Toque de Queda, pero los videos de la gente marchando y quemando autos siguen llegando. El temor en la calle es muy grande, porque se desconoce cuál será el límite de esta protesta. Ya van más de 40 estaciones de subte incendiadas, siete supermercados totalmente prendidos fuego, saqueos y disturbios en todas partes de la ciudad. Los comercios no han abierto y no lo harán tampoco en los próximos días, por lo que la desesperación por encontrar un mercado abierto y aprovisionarse es, también, muy grande. Yo estuve esta mañana (por ayer) en un supermercado a 40 kilómetros de Santiago, ya que era el único que supe estaría abierto. Y la situación era extrema. Escasez de productos y precios totalmente inflados, porque el oportunismo es universal y quienes aprovechan para hacerse de lavarropas y televisores existen en todas partes. Pero eso no invalida lo legítima que, para mí, es esta protesta.

¿Qué se espera para el inicio de esta semana? ¿Cómo afecta la vida diaria?

J.I: El sistema de transporte público está totalmente suspendido, las escuelas y jardines no tendrán clases. Muchísimos comercios ya informaron que no abrirán sus puertas, la mayoría de los supermercados permanecerán cerrados, por lo que la situación va a ser bastante caótica. Ya se están convocando marchas para mañana (por hoy) y los incidentes no parecen aflojar, por lo que, lamentablemente, no soy optimista sobre lo que viviremos en estos días.

LC: En base a la reacción de la sociedad, con los incendios y saqueos. ¿Hay alguna relación con lo sucedido en Argentina en 2001?

J.I: Creo que en Argentina en 2001 la gente se manifestó en contra de un gobierno, que no supo hacer las cosas bien hasta ese momento y envolvió a la sociedad en una situación insostenible. Acá, en Chile, la gente se está manifestando en contra de un modelo de país que ya lleva más de 20 años: existe un Chile modelo para la región, con indicadores económicos y financieros dignos de países desarrollados, y un Chile al que no lo participan de esa bonanza y que vive con muchísimo menos que aquél que disfruta y aprovecha el crecimiento. Creo que hoy el gobierno tiene la oportunidad de capitalizar esta protesta y ponerse al hombro el trabajo de empezar a eliminar esa brecha, logrando consenso y escuchando a la gente, o deberá dar un paso al costado.
Fuente: Diario La Calle

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