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Siendo literales la respuesta sería no. Sin embargo, una enfermedad -por desgracia ya muy difundida- hace que ellos afronten un proceso similar al que sufren muchas arterias tapadas por exceso de grasa. Se trata del tan temido HLB. Con el colesterol alto se puede vivir. Pero con el HLB el destino inevitable es la muerte de los árboles frutales.
El “dragón amarillo”
“Inicialmente le decían ‘greening’ por sus efectos, pero después volvieron a los orígenes del nombre que le daban los chinos, que es donde se originó la enfermedad”, dijo Juan Pedro Bobet, biólogo del INTA Concordia. Los chinos le llamaron Huanglongbing. Quiere decir “dragón amarillo”.

La mortal enfermedad de los cítricos arribó al continente americano en 2004, siendo registrada por primera vez en Brasil. Eso provocó que los países limítrofes comenzaran a preparar planes de contingencia en el caso de que la misma fuera detectada.

“Nosotros en Argentina ya teníamos el vector en la década de 1980. Se trata de una especie de chicharrita (mosca pequeña conocida también como Diaphorina citri). El HLB es una enfermedad bacteriana. La bacteria circula por el floema, que es donde la savia se elabora, y tapa ese canal. Va de esa forma tapando ramas. Se hace mucha comparación con lo que sería el colesterol para nosotros. La chicharrita cuando se alimenta del floema, lleva a la bacteria en su cuerpo y cuando se alimenta de otra planta la transmite. Así es como se dispersa la enfermedad”, explicó Bobet.
HLB y sus efectos
El HLB no es dañino para el hombre que consume la fruta de plantas enfermas, pero provoca principalmente cambios estéticos en esa fruta: deformación, reducción de tamaño, presencia de manchas y disminución del jugo.

El primer caso de la enfermedad se dio en Misiones en el año 2012, y aún se desconoce si ingresó de Brasil o de Paraguay. Ya en 2017 se registró en Entre Ríos y en otras provincias. Senasa cuenta con un programa a nivel nacional vigente desde el año 2010.

“Cuando hablamos de enfermedades vasculares –también está la CVC cuya bacteria afecta al xilema- solamente tenés tres formas de manejarla: erradicar la planta enferma; plantar plantas sanas, asegurándote que estén sanas, y manejar vectores. Son enfermedades que no tienen cura”, señaló el biólogo.

-¿Qué ejes contempla el Plan Nacional?
-Primero que se usen en plantas sanas. El programa lo que tiene es un plan de monitoreo. Si detectan síntomas en plantas en tu establecimiento, hay que avisar, hacer un diágnostico y si da positivo hay que evitar que sea una fuente de inoculo. Y como pilar principal está el manejo del vector. Reducir las poblaciones para que no sigan dispersando la enfermedad.

-¿Y cómo se hace eso?
-Manejar los insectos no es tan fácil. Es una mezcla de técnicas. Tenés la parte de manejo, tenés la parte de control químico, control biológico, tenés muchas patas. En realidad para que funcione un sistema de control deberíamos usar todas.

-¿No hay entonces un método efectivo fumigar a esta chicharrita?
-Con la chicharrita todavía no hay tanto desarrollado. Por ejemplo, las trampas que se utilizan son de atracción física pero no específicas. El color de la trampa las atrae, ya que ellas se reproducen en los brotes. Pero no hay una feromona como con otras plagas que te asegure que la vas a capturar. El tema de la confusión sexual tampoco se ha desarrollado. No es un insecto fácil. Si bien hoy por hoy hay mucho desarrollo e investigación, tanto en Estados Unidos como en Brasil y Sudáfrica, ahora los europeos también la tienen, podríamos pensar que debería haber algo, pero aún no se ha desarrollado.

-¿Por qué es tan difícil?
-Porque no es un organismo sencillo de manejar y hay muchas variables que tenés que tener en cuenta a la hora de controlar. Hay años en que va a haber más chicharritas porque las condiciones climáticas les favorecen. Hay controladores biológicos que a veces funcionan y que a veces no.

-¿Cómo reacciona la comunidad de productores a esto?
-Hay de todo. Hay gente que está reacia a creer que esto es un problema. Hay gente que está muy consciente e intenta cumplir con las normativas. En general creo que la gente está atenta a esto. Por lo menos los fruticultores están haciendo lo que pueden, pero es una enfermedad que se está dispersando mucho y no es tan sencillo.
Fuente: Bichos de Campo.

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