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Presidente electo y gobernador, juntos.
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Todavía el Frente de Todos no tomó posesión del Gobierno, pero "albertistas" y kirchneristas ya se sacan chispas en el Senado, en donde la pulseada por el reparto del poder en la cámara que conducirá Cristina Kirchner empezó a levantar temperatura y a generar los primeros roces internos en el conglomerado peronista.
Especulaciones
Los choques comenzaron, según Gustavo Ybarra en diario “La Nación”, antes de la elección y se potenciaron en las últimas horas. La causa que encendió los ánimos en el sector que responde a Alberto Fernández fue un mensaje con un supuesto esquema de poder que ubicaba a la hiperkirchnerista mendocina Anabel Fernández Sagasti como futura presidenta del bloque del Frente de Todos. En ese texto, enviado a teléfonos de dirigentes y periodistas el último domingo, el nombre de Carlos Caserio (Córdoba) aparecía como eventual presidente provisional del Senado.

"Eso no es así. Al menos por ahora, no es así, son puras especulaciones", se quejaba ayer un legislador peronista que integra el Bloque Justicialista, que preside el senador cordobés, y que adjudicaba la jugada a una operación política del kirchnerismo.

Caserio nunca ocultó sus aspiraciones de convertirse en el líder del futuro bloque oficialista, y en esa línea trabajó durante toda la campaña por la candidatura de Fernández, aun a contramano de la prescindencia en la batalla presidencial del gobernador de su provincia, el peronista Juan Schiaretti.
La batalla interna por el Senado
Este martes, el senador acompañó a Fernández a la asunción de Juan Manzur como gobernador de Tucumán. El cordobés sabe bien las diferencias entre presidir el bloque oficialista y ocupar la presidencia provisional del Senado. Si bien este último cargo ocupa el segundo escalón en la línea sucesoria presidencial, desde el punto de vista político es un caramelo de madera, algo que solo sirve para distraer.

En los hechos, su función principal, salvo en el caso de una extrema emergencia institucional, es reemplazar a la vicepresidenta cuando se ausenta de las sesiones y solo dispone de las facultades administrativas de la Cámara cuando el titular del cuerpo se encuentra al frente del Poder Ejecutivo o fuera del país.

En medio de una fuerte incertidumbre, las versiones del último domingo no hacen más que confirmar las peores sospechas del sector peronista que responde a los gobernadores y que, tras bambalinas, reniega del estilo de conducción verticalista de Cristina Kirchner.

Fernández Sagasti no solo surgió del semillero de La Cámpora, sino que también es una "cristinista" de paladar negro cuya lealtad final nadie duda hacia quién se volcará ante la eventualidad de una crisis entre Fernández y Cristina Kirchner.

En el kirchnerismo prefirieron no confirmar las versiones sobre Fernández Sagasti. Pero, sugestivamente, se preocuparon por señalar que el desempeño del Frente de Todos en Córdoba fue el peor en todo el país y que explica gran parte de la remontada que dejó con vida política a Mauricio Macri y su gobierno. Desde el peronismo, en tanto, recordaron que Fernández Sagasti perdió por paliza contra el radicalismo en la elección por la gobernación de Mendoza.
Gestos kirchneristas
Las señales de una fuerte "kirchnerización" del Senado se vienen acumulando desde hace varias semanas. La pretensión de conducir el bloque oficialista se suma al fuerte rumor que ubica a Carlos Zannini como parte del equipo con el que desembarcaría Cristina Kirchner como vicepresidenta de la Nación. El nombre del Chino suena para la Secretaría Administrativa de la Cámara y estaría flanqueado en la Secretaría Parlamentaria por otra "cristinista" recalcitrante, la exsenadora por Santa cruz y excuñada de Máximo Kirchner Virginia García.

Al malestar que generó el intento de avance kirchnerista sobre el manejo del bloque del Frente de Todos hay que sumar otros gestos que vienen provocando tensión en las filas peronistas. Uno de ellos fue la decisión de la expresidenta de bajar a los gobernadores peronistas Manzur, Omar Perotti (mandatario electo de Santa Fe) y Gustavo Bordet (Entre Ríos) del escenario en la noche del triunfo electoral para darle tribuna y lustre a Axel Kicillof, el crédito del Instituto Patria como futuro líder del kirchnerismo.

También quedaron heridas después del acto en La Pampa por el Día de la Lealtad. Ese 17 de octubre, Cristina Kirchner se preocupó por bajar del palco a varios legisladores peronistas. "Los dejó detrás del alambrado", contó un diputado kirchnerista.

Por último, la semana pasada hubo un duro choque en el Senado, que solo quedó opacado por los estruendos de la semana final de campaña, cuando el kirchnerismo puso el grito en el cielo porque la Comisión de Medios se reunió para analizar la designación de un nuevo defensor del público que contempla la ley de medios de comunicación.
Fuente: Diario La Nación.

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