Se trataba de una sustancia espumosa, que hacía emanar mal olor desde el agua, localizada fundamentalmente entre el balneario norte y alrededor de las embarcaciones amarradas. Esta situación motivó la intervención de un equipo técnico de la Comisión Administradora del Río Uruguay, a fin de tomar muestras y analizar en sus laboratorios la conformación y el origen de ese manto espumoso.
De acuerdo a la última medición de la Prefectura Naval Argentina, el río Uruguay en el puerto colonense alcanza los 3,39 metros (bajando) y ya se encuentra sin la capa que cubrió parte de su costa.