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Silvia, la mamá del primer menor que se animó a contar que fue víctima de abuso del padre Juan Diego Escobar Gaviria, relató cómo se enteró de la situación y todo el proceso que vivió hasta llegar a la denuncia judicial.

Relatos del horror

La mujer contó descarnadamente que el niño (el primero en declarar en Cámara Gesell) le relató primero a un amiguito "que el padre lo llevaba a la pieza en la Parroquia, cerraba la puerta, lo hacía acostar, se acostaba al lado de él, le metía la mano y lo tocaba" en las partes íntimas.

Posteriormente, el nene le reiteró dicho relato a la mujer, y le contó otro episodio: "el padre lo llamaba y lo hacía sentar frente a una computadora, tocándole partes íntimas y tocándose él, mientras le leía la Biblia y escribía".

"¿Qué hiciste?"

"Me tocaba y se tocaba mientras me hablaba", confesó crudamente el niño. "Siempre lo seguimos porque creíamos en él, y hoy me pregunto: qué hiciste, padre Juan Diego, con mi hijo, que te lo entregué porque vos me pediste que te lo mande como monaguillo para ayudarnos", afirmó.

"Eso me pareció aberrante, fue la peor cosa que me pudo haber hecho, me apuñaló porque se valió de todo lo que estábamos sufriendo. Y hoy me dice que soy una manipuladora de gente, que hice un complot con el intendente de Lucas para sacarlo de la Iglesia", sentenció.

El rol de su maestra

La mujer contó, en declaraciones realizadas al programa "Fuera de Juego", que el 19 de octubre el nene "viajó con su maestra por tres días a Rosario" y en esa oportunidad "se realizó un fogón donde les preguntó cosas de su familia y les hizo pedir perdón por cosas que le habían hecho a algún compañero y él lloró mucho ese día".

"Creo que ese fogón fue el que le abrió a mi hijo la mente y el corazón para que después le contara a su mejor amigo, el día 24 lo que había pasado con el padre", analizó.

Otro testimonio, el mismo horror

Relató que el niño le contó a su amigo "que el padre lo llevaba a la pieza en la Parroquia, cerraba la puerta, lo hacía acostar, se acostaba al lado de él, le metía la mano y lo tocaba" en las partes íntimas, a lo que el otro menor le recomendó que "se lo contara a su mamá, que lo iban a ayudar. "Esa misma noche antes de terminar de cenar me llamó para contarme algo" donde le relató la misma escena que había contado antes a su amigo.

"En el momento le dije que era algo muy grave, que el cura nos había ayudado y sacado adelante con todo lo que pasamos con papá, y él me respondió: te estoy diciendo la verdad; entonces lo abracé fuerte y me pidió que no se lo cuente a los hermanos", prosiguió su relato la mujer.

Lamentó entonces, visiblemente consternada, "haber cuestionado" a su hijo y describió: "corrí a pedirle a la mamá del amiguito que no dijera nada, y ella me recomendó que tenía que denunciarlo y que hable con las maestras. También ella me dio el contacto de un psicólogo forense a quien no conocía".

Recordó, ante ello, haber dialogado con las docentes sobre las revelaciones de su hijo quienes "escucharon lo que les conté y se quedaron anonadadas porque dan la catequesis junto el cura". Afirmó que las maestras hablaron con el pequeño y con la responsable del Colegio.

"El psicólogo me aseguró que si nosotros lo avalábamos, él firmaba el papel para realizar la denuncia, entones después hablé con la Madre del Colegio y le recordé que fue el mismo cura quien nos recomendó que enviáramos a nuestro hijo como monaguillo, para sacarlo del problema que nosotros estábamos viviendo tras un accidente en el que murió una bebé de siete meses. Ella me dijo que lo iba a hablar con el abogado del Colegio y con la Congregación", contó.

"Cuando me enteré el viernes a la tarde que había una denuncia y que el lunes teníamos que presentarnos a declarar, pensé que la Madre estaba apoyando al cura", admitió.

"Creíamos en él"

"El cura sabía en el 2011 que yo era concejal suplente de (el ex intendente, Luis) Hanemann, y yo lo escuchaba cuando en la misa de niños hablaba mal de Hanemann y de política y me callaba la boca", contó.

Cuestionó que el sacerdote "paraba la misa y retaba a los monaguillos delante de todo el mundo porque conversaban, o paraba la misa porque sonaba el celular o alguien masticaba chicle" y sin embargo "siempre lo seguimos porque creíamos en él, y hoy me pregunto: qué hiciste padre Juan Diego con mi hijo, que te lo entregué porque vos me pediste que te lo mande como monaguillo para ayudarnos".
Fuente: Análisis Digital.

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