A continuación expondré algunas reflexiones sobre las afirmaciones del Dr. Manes, reconocida eminencia en el campo de las neurociencias cognitivas. "Debemos luchar por un país que soñamos y que no vamos a ver" afirmó, esta frase creo fue la síntesis de nuestra realidad como país, dejando atónitos a casi la totalidad de los espectadores de aquel moderno auditorio. Fue en ese mismo instante donde caducó la fantasía cortoplacista de nuestra mentalidad de argentinos. Un baldazo de realidad despabiló a aquellos que esperaban que la eminencia allí presente, dictara la receta mágica para salir del mal estar actual.
Debemos cambiar la mentalidad, ya no podemos pensar mirándonos los ombligos, debemos levantar la cabeza y pensar contemplando al otro. Hay que formar equipos de trabajo y afrontar los problemas con entusiasmo, sintiéndonos cada uno parte fundamental de las soluciones. No se trata sólo de hacer lo que te toca hacer, sino un poco más.
Asimismo, las propuestas para el cambio deben ser pensadas a largo plazo, no se puede desandar un camino formado por décadas de malas conductas y hábitos, que se transformaron en costumbres, ocasionando una profunda herida a nuestro país, de un día para otro. Esto demandará un gran esfuerzo y compromiso por parte de cada uno de nosotros. Debemos mezclar y dar de nuevo, ha comenzado una nueva etapa, debemos confiar, los cambios verdaderos llevan tiempo. No existen soluciones mágicas. Gobernar es una tarea de cada uno y comienza por hacer con responsabilidad y honestidad lo que nos toca en el día a día.
Es así, debemos soñar con otro país que no vamos a ver, la historia nos obliga a pensar y a hacer por otros (hijos, nietos, y toda la descendencia). Debemos pensarnos como una gran familia, de eso dependerá aproximarnos a un cambio o quedarnos como estamos o peor. Todo cambio conlleva tiempo y esfuerzo, salir del lugar del confort, pensar en los demás y desarrollar una vocación de servicio es la tarea. Es prioridad educar en el amor a nuestros hijos, además de la educación formal a cargo de los docentes, todos debemos educarnos y educar.
En conclusión, no busquemos mesías y salvadores que puedan sacarnos adelante. El verdadero líder no da las respuestas a todas las preguntas o inquietudes de un pueblo, sino que muestra el camino o los genera por medio de su creatividad, a la vez que conduce y dirige a su pueblo a un lugar mejor. En definitiva, todos somos líderes. Debemos hacernos cargo y reflexionar para actuar mejor.
Lic. en Psicología Gustavo Damián Rodríguez
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