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José Francisco Dumoulin, que fue párroco de Santa Rosa de Lima, de Villaguay, hasta diciembre de 2015, contó que en una capilla del interior del departamento, en la zona de Laguna Larga, Moya se quedó con lo que la gente recaudó a través de una rifa. El dinero estaba destinado a mejorar las instalaciones parroquiales.

Dumoulin pudo reconstruir aquel entrevero monetario que protagonizó Moya y, según los testimonios que pudo recoger, el entuerto fue corregido luego por el párroco a cargo del cura, Silverio Cena.

Pero sus desaguisados monetarios siguieron. Cuando fue párroco de San Benito Abad tuvo tropiezos con las finanzas del cementerio parroquial.
Y ahora, el problema saltó en Seguí, su último destino pastoral.

En el Instituto Padre Enrique Laumann, de Seguí, quedó una deuda de $24.000 nada más y nada menos que con el Arzobispado de Paraná. El colegio es confesional, pero negocios son negocios, la curia ahora exige que el instituto secundario salde su deuda, aunque conseguir los fondos es todo un tema.

La sospecha más enraizada entre la docencia es que Moya, siendo rector y luego apoderado del colegio, habría desviado esos fondo. Cada escuela religiosa debe pagar una especie de canon a la curia –el mismo sistema que los consorcistas en concepto de expensas–, una suma fija por alumno.

El dinero se giraba a la curia, pero todo hace sospechar que el dinero no llegaba a la curia sino a la intermediación de Moya. "Moya tomaba el dinero, hacía como que firmaba un recibo (ponía su nombre) y se lo gastaba. El miedo feudal se lo permitió. Hace dos martes, durante un día institucional, el tema se planteó. Allí, algunos docentes pedimos que se suspenda el cobro de esa deuda", contó un docente que participó de esa asamblea.

La negociación todavía no concluye. Desde la curia han hecho una contrapropuesta: no cobrar toda la deuda, sino la mitad, $12.000, pero los docentes también rechazan esa idea: no quieren asumir el costo de pagar una deuda por un dinero que se habría apropiado el cura Moya.

Moya está recluido en la casa de sus padres, en María Grande, y está, desde el 30 de junio de 2015, suspendido en el ejercicio del sacerdocio.

Moya, de 47 años, fue ordenado sacerdote el 3 de diciembre de 1992 por el exarzobispo de Paraná, Estanislao Esteban Karlic, y tuvo entre uno de sus primeros destinos la Parroquia Santa Rosa de Lima, de Villaguay. Allí, precisamente, habría sido el lugar donde ocurrieron los abusos.

Aunque según reveló la revista "Análisis" cabe la posibilidad de que también haya abusado de jóvenes que cumplían funciones de voluntarios en el Regimiento de Infantería Mecanizado 5 General Félix De Olazábal, con sede en Villaguay.

Abuso de menores

El 14 de julio de 2015, quince días después de que el arzobispo Juan Alberto Puiggari decidiera apartar del ejercicio del sacerdocio al cura Marcelino Ricardo Moya, un nuevo religioso tomó a su mando el destino de los colegios católicos de Seguí.

José Badano, delegado episcopal de Educación de la curia, asumió como apoderado legal del Instituto Padre Enrique Laumann y de la Escuela Primaria Santa Teresita, ambas de Seguí. Hasta entonces, ese cargo había estado en poder de Moya, quien además era el párroco en la parroquia Nuestra Señora de la Merced.

Moya fue apartado de todas sus funciones luego de que el 30 de junio la Justicia comenzara a tramitar dos denuncias en su contra por abusos. La denuncia apunta, de momento, a hechos ocurridos mientras Moya fue vicario en la Parroquia Santa Rosa de Lima, de Villaguay, entre 1992 y 1997, donde además ejerció como docente en el Instituto La Inmaculada, aunque también fue capellán de la unidad del Ejército.

Las dos víctimas que lo denunciaron –la causa la tramita la fiscal Nadia Benedetti– fueron alumnos en La Inmaculada y además integraban el grupo de jóvenes que Moya conformó no bien llegó a Villaguay. Algunos de ellos, incluso solían quedarse a dormir en la casa parroquial, una situación considerada "normal" por sus familias en función de la personalidad del cura: extrovertido y extremadamente seductor.

La fiscal Benedetti está pesquisando otros destinos pastorales en los que estuvo Moya ante la posibilidad de que puedan aparecer nuevos hechos.
Fuente: Entre Ríos Ahora

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