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Gabriel Ruocco es fundador y presidente de Terminal 7, compañía especializada en logística de contenedores vacíos y proveedora de las principales terminales portuarias que operan en la zona del puerto de Buenos Aires. Actualmente está asesorando al senador Alfredo de Ángelis, quien preside la Comisión Bicameral de Puertos y Vías Navegables, en el armado de un plan federal de desarrollo portuario

Vestido con chomba y portando un casco junto a un maletín cargado de documentación, Gabriel Ruocco, presidente y fundador de Terminal 7, dedicada a la logística de contenedores vacíos, recibe a una periodista del diario El Cronista para hablar de un tema que conoce como pocos: la actividad portuaria. "El puerto es una de las cuestiones fundacionales del país, y sin embargo no se le da la importancia que merece", afirma, con su estilo directo e informal. "Argentina no tiene política de puertos y perdió su marina mercante, pero nadie está debatiendo esto", dispara.

Desde hace más de 20 años, está al frente de su empresa con 40 empleados, una de las pocas especializadas en la limpieza y acondicionamiento de los contenedores, desde que llegan con importaciones hasta que se van con exportaciones.

Aficionado a las motos -este es su medio de transporte en la Ciudad, que le permite sortear embotellamientos y piquetes-tanto como a los barcos, Ruocco es un personaje singular. Entre sus amistades menciona al ex secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, como al dirigente agrario y actual senador, Alfredo De Ángelis, y a la mismísima Isabel "Coca" Sarli, a quien organizó en 2012 un sentido homenaje en el Puerto.

Junto a De Ángelis, titular de la Comisión Bicameral de Puertos y Vías Navegables, está trabajando en un nuevo "plan federal de desarrollo portuario", del que brinda más detalles durante la entrevista.

- ¿Cómo ve la actividad portuaria en el país, es un reflejo de la situación económica?

- En los puertos hay falta de infraestructura, tanto en el de Buenos Aires como en los del interior. La Hidrovía está desaprovechada. No hay buques ni barcazas de bandera argentina circulando, el 90% son de nacionalidad paraguaya. Y esto tiene que ver también con que Argentina perdió su marina mercante.

- ¿El boom de importaciones que algunos sectores industriales denuncian, se refleja en la actividad de su empresa?

- No hay tal boom. Las importaciones están frenadas. Sigue la misma política de Guillermo Moreno pero con otros modales. El resultado es que hay una caída en el comercio exterior

- ¿Cuáles son los lineamientos del plan portuario que está desarrollando con el senador De Ángelis?

- Lo central es que queremos desarrollar los puertos del interior. No puede ser que un productor de Gualeguaychú tenga que hacer más de 300 kilómetros por tierra para poder sacar su mercadería por un puerto de Santa Fe, porque en Entre Ríos no tiene. Los costos del flete terrestre están sacando de mercado a las áreas productivas que no son de la zona núcleo.

- ¿El plan federal incluye al Puerto de Buenos Aires?

- Sí. El puerto de Buenos Aires tiene una infraestructura obsoleta para las nuevas condiciones del Comercio Internacional, una actividad que se está concentrando en pocos gigantes que se fusionan entre sí. (N.de la R.: en diciembre del 2016 la danesa Maersk compró a la Alemana Hamburg Süd y se convirtió en la mayor empresa de transporte marítimo del mundo). Cada vez, los barcos que lleguen van a ser de mayor porte, y eso requiere la adecuación de las instalaciones portuarias.

- Eso requiere enormes inversiones, ¿cómo se llevarán adelante?

- Tendría que hacerlas un consorcio público-privado. En este momento está en proceso la licitación del nuevo puerto de Buenos Aires. Es un tema crucial que está muy poco en el debate. Sobre todo porque desde el gobierno porteño se está impulsando que vuelva a pertenecer a la Ciudad. . .

- ¿Pero eso no sería retroceder a los tiempos de la Confederación Argentina, antes de la batalla de Caseros?

- Por eso digo que es un tema a debatir. Hay que pensar cómo será el puerto del futuro, el que vaya a funcionar en los próximos 25 o 50 años. Y tiene que haber una política de puertos, porque eso condiciona el comercio exterior de un país.

- ¿Esto incluye volver a contar con una flota mercante, con una empresa nacional como ELMA?

- Hoy el negocio del transporte marítimo está tan concentrado que los cinco gigantes que lo dominan no te dejan entrar. Salvo que hagamos como Israel, que subsidia a su flota de bandera, porque aunque pierda plata le parece estratégica.
Fuente: El Cronista

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