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Oscar Martínez
Oscar Martínez
Oscar Martínez
Además, aseguró que, aunque hubiera sido bueno ganar el Oscar con Relatos Salvajes, para él ese premio "no tiene un valor tan grande"

-En tus últimos trabajos venís de roles que se identifican mucho con distintas cuestiones sociales.
Sí, tenés razón. En Relatos Salvajes era un padre que tiene en riesgo su propia vida y la de su hijo. Yo no vi La Patota de Tinayre, vi fragmentos, pero sé cómo es la historia, y había temas que en esa época no se podían ni mencionar, por ejemplo el aborto y en esta versión yo le propongo que aborte. Obviamente corresponde a la época en la que vivimos y si estás decidido a tocar un tema tan duro como éste tenés que asumir los contenidos de los que estás hablando.

-¿Cómo fue la experiencia de participar en La Patota?
Hermosa, nunca habíamos trabajado con Santiago (Mitre) y tampoco con Dolores (Fonzi). Fue muy enriquecedor. Lo más importante era crear ese vínculo padre-hija y viendo la película me parece que se creó.

-En el inicio hay un diálogo larguísimo, en un plano secuencia entre ustedes dos, donde queda muy claro quién es cada uno y hacia dónde van, ¿te gustó hacer este personaje?
Me encantó. Me gustó muchísimo el libro cuando lo leí y me gustó mucho hacerlo. El riesgoso proyecto de Santiago de hacer esa escena en un plano secuencia era todo un desafío, es una situación de diez minutos, además él la planteó con movimientos, pero lo supo hacer muy bien.

-¿Costó?
Llegamos a hacer nueve versiones completas de la secuencia, pero terminamos mucho más temprano de lo que teníamos previsto. Se había destinado todo el día para filmar y no sé si incluso Santiago ese día no tuvo que agregar algo posterior porque tipo dos de la tarde habíamos terminado de hacerla. Es un plano muy complicado, de cámaras, de luz, de pasión. El menor desajuste hacía que tuviéramos que empezar todo de vuelta.

-¿Qué pasa con los personajes cuando se termina un proyecto?
Yo los dejo ir fácil, sobre todo si intuís que el trabajo puede haber dado buenos resultados; si no, te quedás enganchado mal, como una historia amorosa que no terminó bien o que no terminó como debe terminar. Entonces quedás mal, quedás pensando, te recriminás no haber hecho tal cosa, o no haber previsto tal otra. Pero en este caso no fue así.

-¿No se los extraña?
No. Incluso me ha pasado con personajes teatrales, que estás mucho más tiempo a lo mejor haciéndolos. Te queda un buen recuerdo, en algunos casos entrañable, pero no, extrañarlos no. Lo que tiene de bueno este trabajo es que te metés en distintos mundos, en historias diferentes, en personajes disímiles y eso es parte del placer de trabajar como actor.

-Hablabas de teatro y tenés una trayectoria importantísima en el escenario. Como forma de lenguaje ¿te gusta más el teatro, el cine o la televisión?
No hago esas comparaciones, en este momento estoy muy entusiasmado con el cine, tengo muchas ganas de hacer cine, pero no puedo abdicar de lo que vos decís, de mi trayectoria teatral que siempre fue muy frondosa y continua. El cine tiene cosas a favor que no tiene el teatro y el teatro tiene a favor el espacio del actor y el contacto directo con la gente, sin intermediación de ninguna clase. Ese salto sin red, del que hablamos los actores, sin saber si finalmente la peripecia va a salir bien.

-¿La televisión te gusta o cuesta más?
A mí cuando se trabaja con calidad me gusta. Por un lado tiene un alcance mucho más grande y por otro lado, aunque parezca paradójico, tiene menos alcance porque se ocupa más de la crónica diaria que de los grandes asuntos. El teatro o el cine se ocupan de asuntos más profundos, de crisis de los personajes más importantes. En ese sentido, obviamente, si tengo que privilegiar, privilegio el cine y el teatro por encima de la televisión. Pero la televisión puede ser formidable también

-¿Qué pesa a la hora de elegir una propuesta?
Que me apasione. Soy un espectador cuando leo un guion, sea de teatro, cine o televisión. No es racional la elección, es emocional. Si me pasa que me atrapa, que me agarra del cuello, que me apasiona, que el mundo me interesa, si me divierte...Por supuesto después hay otros factores a tener en cuenta: Con quién, quién dirige, con qué colegas...

- ¿La propuesta económica importa?
Sí, por supuesto. No es excluyente; a veces uno le pone el hombro a proyectos donde no hay mucho dinero, pero lo hace por convicción artística, por pasión.

-¿Y lo contrario? ¿Una propuesta económica enorme? ¿Si te dicen: Te queremos en 'Bailando por un Sueño?
Yo ahí haría un papelón. Me ha pasado que me han propuesto ofertas muy tentadoras desde lo económico y haberlas desechado. Hay que ver las circunstancias en que te llega eso, en qué condición estás, si tenés la posibilidad de elegir. Yo no me puedo quejar, económicamente me ha ido bien con la profesión. He tenido la posibilidad siempre de elegir y no es siempre el dinero lo más tentador, te diría que es lo último, sobre todo en cine y en teatro.

-¿Te parece que La Patota es una candidata importante para representar a la Argentina en los Oscar el año que viene?
No es algo que me quite el sueño.

-¿ No te importan los premios?
Los premios estimulan, ayudan mucho a las películas. Yo creo que el hecho de que La Patota haya tenido dos premios en la semana de la crítica en Cannes, le dio una plataforma al lanzamiento mejor que si no los hubiese tenido y muy probablemente a Santiago (Mitre) sí le cambie su relación de fuerzas con el mundo de la industria cinematográfica. Pero no más que eso, no pienso normalmente en el Oscar.

-¿Y cuándo fue Relatos Salvajes?
Y, ya que estábamos, hubiera sido bueno ganarlo, pero para mí no tiene un valor tan grande. Generalmente disiento con muchas de las películas que han ganado el Oscar. Muchas veces a mí no me han gustado y me han gustado más otras que no estuvieron nominadas. Es un mega acontecimiento mundial debido a la potencia económica que tiene esa industria y a los canales de difusión que tiene, pero Cannes me parece que es más importante que el Oscar. La Palma de Oro me parece un premio menos marketinero, menos dependiente de los intereses de la industria. El Oscar es un premio de la industria y es para promocionar su propia industria. A Cannes van películas de cinematografías de todo el mundo, a los Oscar no.
Fuente: Infobae

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