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Fernando Mendoza nació y creció en la misma cuadra que vivió el Cabo Primero Sendrós, héroe concordiense que integraba la tripulación del Crucero Gral. Belgrano hundido por los ingleses, en el barrio Jesús Nazareno, sobre calle Guarumba. Juan Carlos, el padre del marino desaparecido en el ARA San Juan, abrió las puertas de su casa y reclamó que se los siga buscando.

"Tengo 81 años y vivimos acá desde que nací, nunca fumé ni tomé, teníamos una vida muy tranquila hasta que pasó lo del submarino", dice al comenzar a hablar.

El televisor está encendido en un canal de noticias y también de fondo se escucha una radio capitalina, "estamos esperando noticias; siempre estamos así hace treinta días, todavía tengo esperanzas, no lo damos por muerto no solo a mi hijo sino a todos los tripulantes", expresó y contó: "Ayer fuimos a una misa y pedimos que los sigan buscando, tengo mi idea que abandonaron la búsqueda, estuvieron 30 días para buscarlo y solo hicieron dos rastrillajes no sabemos qué es lo que pasó", opina.

Juan Carlos compartió los días de vigilia a la espera de noticias en la base naval de Mar del Plata, junto a su nuera. En la charla se cruza la comunicación del vocero de la armada el capitán Balbi y los comunicados. "El día que dijo que hubo una implosión o explosión, la gente no lo podía creer, lloraban, se desmayaban, venían las ambulancias. Mi nuera estaba fuera de foco, miraba las paredes y el techo, no hablaba nada, estaba ida. Ellos tenían dos hijos, mi esposa no daba más y yo no sabía cómo contenerlas", relató.

Las primeras noticias de la pérdida de contacto con el ARA San Juan las recibió el mismo día casi por casualidad mientras escuchaba un programa de radio. "Desde hace muchos años escuchó una audición de fútbol a la madrugada en radio Mitre. Dieron una información ese primer día a la 01.30 de la madrugada que el submarino estaba en problemas y me cayó como un balde de agua helada. Pensaba si la despertaba a mi esposa para decirle lo que había escuchado, después me animé a contarle. Le dije 'gorda no hay buenas noticias con el submarino donde está Fernando', ella se levantó y lo primero que hizo fue a llamar a mi nuera. Desde ese momento hasta ahora estamos igual".

"Lo único que supimos es que aparentemente habían pedido ayuda o que hicieron una llamada a la base de Puerto Belgrano pero nunca les contestaron y a la media hora no se supo más nada de ellos", relata angustiado.

Sobre el manejo comunicacional de la Armada y de cómo el gobierno está llevando el caso, prefiere ser cauto.

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Los desperfectos y la corrupción


Juan Carlos piensa que el submarino no se encontraba en condiciones de navegar y que las reparaciones que se efectuaron en la nave no fueron tales. "La corrupción mata, todo lo que le hicieron al submarino, esas reparaciones, lo cortaron al medio como a una sandia hace algunos años para repararlo y después lo soldaron todo, eso fue hace algunos años, las baterías que tenía no fueron cambiadas y solamente le cambiaron las placas. Ellos están en problemas, la ministra anterior compró cuatro helicópteros y solo hay dos, donde están los otros, así fue todo".

El papá de Fernando reclamó que se investigue el motivo por el cual un tripulante del ARA San Juan abandonó el submarino en el puerto de Ushuaia. "Nosotros pedimos una investigación para saber por qué motivo ese hombre se bajó; dicen que era para ver a la madre o para hacer trámites, pero ese hombre algo sabía; su palabra es clave en todo esto", asegura.

Sobre las hipótesis que circulan en torno a la desaparición del submarino, dice que hay muchas mentiras "los familiares estamos buscando la verdad", expresó. "Dijeron que había un helicóptero chileno arriba de ellos enviándole información a un submarino de los ingleses, pero todas son mentiras, solo se va a saber si los encuentran, abajo en la plataforma submarina es como la cordillera de Los Andes hay una profundidad increíble, no sé cómo están haciendo las cosas si hay mentiras o si están tapando algo, nosotros pedimos que los sigan buscando. Esta Navidad vamos a tener un lugar vacío en nuestra mesa".
Fuente: Diario El Sol

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