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Efectivos policiales de la Brigada Especial Terrestre con asiento en la ciudad de Gualeguaychú, dependiente de la Dirección Prevención Delitos Rurales, logró esclarecer un importante robo perpetrado hace dos años, cuando desconocidos sustrajeron más de medio centenar de colmenas a un establecimiento considerado reserva natural.

Parte de los brigadistas se internaron en una embarcación en el cauce del río Uruguay mientras que el resto inspeccionaron la ribera, así fue que en horas de la madrugada, entre la costa Argentina y antes de la divisoria fronteriza uruguaya -marcada por boyas- zarpó desde Puerto Unzue por espacio de 15′ en lancha hacia el norte, donde se encuentra una isla sin habitar, conocida como Santana, para observar sospechosamente semi ocultos, varios cajones de colmenas, distribuidos entre la vegetación espesa.

Los uniformados constataron la numeración de RENAPA E-3407, además de una marca hecha a fuego, pudiéndose determinar que corresponderían al establecimiento “El Potrero” ya que obraba denuncia en Comisaría Quinta sobre el robo perpetrado sobre las mismas desde hace casi dos años a la fecha.

Ante tal información altamente satisfactoria, el personal adiestrado para situaciones adversas, se agazapó, en tierra y agua, para monitorear los movimientos en dicho entorno, visualizando horas después el arribo de una embarcación camuflada, que al darle la voz, intentó darse a la fuga con varios sujetos a bordo y algunos cajones apícolas, siendo imposible darles alcance, ya que pasaron el límite fluvial hacia República Oriental del Uruguay, denotando supuestamente que los poseedores de las colmenas robadas deben ser oriundos de ese país.

Más allá de esa hipótesis, lo importante es que se logró el secuestro de 53 colmenas con sus correspondientes abejas, capital ya dado por perdido debido al tiempo transcurrido de su robo, valuado en un cuarto de millón de pesos.

El traslado de las colmenas se hizo hacia Puerto Unzue, acorde a lo dispuesto por el Ministerio Público Fiscal, efectuándose de manera dificultosa, porque con la llegada de la luz solar las abejas afectaron la integridad física de los brigadistas, a tal punto que algunos debieron ser conducidos directamente a un centro de salud para ser atendidos, que por suerte no significó en los mismos lesiones de gravedad.

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