Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
El 2019 es, por excelencia, un año electoral. Los entrerrianos tendrán que ir a votar al menos cuatro veces en el año y una quinta si hubiera balotaje en la elección presidencial.

Con los plazos acotados por la decisión del Gobierno Provincial de desdoblar elecciones y votar anticipadamente los cargos provinciales y municipales, la campaña electoral ya está lanzada a toda marcha. Las Redes Sociales configuran un nuevo escenario electoral. ¿Cómo transitan los candidatos por este nuevo mundo? Algunas respuestas
Las Redes Sociales, el nuevo plató
Con este escenario, la campaña electoral se ha desatado con fuerza en varias ciudades donde la cantidad de postulantes es llamativa: por ejemplo Concepción del Uruguay cuenta hoy con 17 precandidatos a la Intendencia: 8 por el PJ, 5 por Cambiemos, 1 por el Socialismo y 3 candidatos por Agrupaciones Vecinalistas. Con poco tiempo para instalar sus nombres entre la larga lista de postulantes, muchos precandidatos han decidido apostar fuerte a las Redes Sociales para impulsar sus candidaturas.

Por el momento, la mayoría de los candidatos a Intendente han abierto una Fan Page en Facebook (una página) con sus nombres y generalmente acompañado del año 2019. También han comenzado a explorar el territorio de Instagram por donde circulan los nuevos votantes y milennials. Y a los golpes, ensayan estrategias con las que creen alcanzar a más votantes.
Un medio nuevo para prácticas viejas
Pero ¿qué hacen los candidatos en las Redes? A diferencia de lo que marca cualquier estrategia efectiva que pretenda generar “engagement” (un término que tal vez pocos candidatos conocen), las páginas de Facebook de los candidatos son utilizadas como propaladoras de mensajes e intentos de posicionamiento donde abundan las fotos con “el pueblo”, gente de a pie a quienes muchos dirigentes visitan una vez cada cuatro años. Allí aparecen las fotos con el mate, conversando en una mesa, compartiendo unas empanadas y con frases del tipo “Ramón trabaja hace 30 años. Necesitamos más ciudadanos con ese compromiso para construir una ciudad mejor”. ¿Realmente habrá quienes crean que “Ramón” es importante para alguno de los candidatos?.

Sin centrarse en estos aspectos que quedan a la vista, en todos los casos pareciera que los candidatos no están siendo asesorados correctamente para entender e interpretar el funcionamiento de las redes sociales. No se trata de repetir las viejas prácticas del modelo de Broadcasting donde una sola voz difunde mensajes masivos a usuarios que se limitan a recibir esos mensajes. De lo que se trata en el entorno de las Redes es de la “conversación”, de crear “comunidad”, de generar redes donde las posiciones de emisor/receptor ya no tienen cabida. Sin embargo, las cuentas de Facebook de los candidatos se parecen bastante al hedonismo que muchos sectores sociales rechazan de la política: fotos autoreferenciales de los candidatos; los candidatos acaparando toda la atención; los candidatos disfrazados de Mesías que traen las soluciones a los “pobres” y “torpes” que “no saben” cómo solucionar sus propios problemas; y con una aparente cercanía con “la gente” que ya nadie compra.
La burbuja que la política no ve
Hasta no hace muchos años, la selección de noticias era una tarea atravesada por los criterios profesionales y la ética periodística que profesaban los editores. Munidos de sus conocimientos, capacidades, entrenamiento y olfato, despejaban “la paja del trigo” y se encargaban cada día, de seleccionar lo que consideraban importante para los asuntos públicos. Sin embargo, como advierte Eli Pariser (2011), los algoritmos con los que las Redes Sociales y otras plataformas se encargan de mostrarnos “lo que nos gusta” están abandonando ese mecanismo de selección. La nueva modalidad en la Era de internet está guiada por las grandes empresas digitales –Google, Facebook, Netflix, Amazon…- y sus algoritmos que personalizan cada vez con más precisión los contenidos que ofrecen en función de las preferencias de cada usuario. Los algoritmos que utilizan en las redes permiten recopilar todos los rastros de información digital que va dejando cada cibernauta -desde búsquedas en Google a “Me gusta” en Facebook-, aprendiendo sobre él para ofrecerle una visión del mundo ajustada a sus preferencias. Esto es lo que él mismo define como el “filtro burbuja”, es decir una selección personalizada de la información que recibe cada individuo que lo introduce en una burbuja adaptada a él para que se encuentre cómodo.

Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imágen

Agrandar imagen
Lo que la política aún no entendió es que estas “burbujas” pueden ser muy engañosas. Al interior de cada microclima, todo parece marchar sobre rieles con comentarios positivos a los candidatos, con mensajes alentadores, con “Me Gusta” y “Me Encanta” que nutren el ego de los postulantes, sin tomar debida nota que esa “burbuja” es tan frágil como aislada frente a la realidad de otros miles de usuarios que piensan diametralmente distinto y que ni siquiera registran la actividad de estos candidatos.

Y un último aspecto. Si un candidato realmente está haciendo las cosas bien en Redes Sociales, que muestre públicamente sus métricas y explique a los votantes cuánto dinero le está entregando a las plataformas sociales para crear el autoengaño de que todo va bien.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa).

Enviá tu comentario