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*Por Carlos Vera

La fría crónica indica q ayer, a las 8 de la mañana, dos vehículos que circulaban en el mismo sentido por avenida Belgrano, desde 9 de Julio hacia 3 de febrero, por razones aún no establecidas, colisionaron al llegar a la intersección con Entre Ríos, y como consecuencia del impacto el conductor de la motocicleta Kawasaki resultó con fractura expuesta del tobillo derecho. La pieza comunicacional –de un diario digital de Chajarí- menciona marca de los rodados, edad de los conductores, y dice desconocer si finalmente el único herido en el accidente pudo ser trasladado en ambulancia lo que responde sin dificultad la secuencia fotográfica que se ofrece a modo ilustrativo en esta opinión.

No cuenta la crónica, basada en el escueto informe policial, algunas cuestiones que hacen al problema de fondo y está bien porque la intención periodística en estos casos no va más allá de reflejar objetivamente lo sucedido ese día, en ese lugar y a esa hora.
Calvario de casi 40 minutos
La colisión ocurrió a las 8 y desde entonces el muchacho de 42 años, estuvo tirado en el lugar del hecho mirando hacia el cielo, quejándose del dolor en su tobillo derecho, que simple vista denotaba el daño producido por el golpe. Llegó enseguida un móvil policial, cortaron la circulación en esa arteria, aunque en primer momento ordenaron el desvió, especialmente para los rodados q bajaban por Entre Ríos. La segunda petición del accidentado fue de agua y una vecina del lugar trajo de su casa ese líquido preciado. Corrían los minutos y la ambulancia no llegaba. Un conductor que se había sumado a los espectadores se dio cuenta que el herido tenía la cabeza apoyada en el duro asfalto entonces le facilitó una almohada.

Promediando los 30 minutos el lesionado, todavía en el suelo, pidió abrigo y alguien le trajo una frazada con la que calmaron parte del calvario que venía soportando. Recién a las 8:37 la ambulancia del hospital Santa Rosa levantó al herido y lo trasladó al nosocomio local para que recibiera atención médica. Ayer la lesión fue en un tobillo, mañana a lo mejor sea en la clavícula, más tarde tal vez en la cabeza o el tórax, donde los minutos y segundos en recibir atención médica urgente cuentan, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

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En la superficie del problema de fondo
Es lamentable que una ciudad que contaba hasta no hace mucho tiempo con un excelente servicio de atención accidentológica, a través de la contratación de una empresa local, ya no cuente con esa cobertura y esté librada a la buena de Dios cada día.

La decisión personal de Pedro Galimberti, presidente municipal de Chajarí, de dejar de pagar ese servicio por una cuestión de competencia, ya q según adujo, y argumentó, era de incumbencia exclusiva de Salud de Provincia tiene la prolijidad que ofrecen normalmente herramientas del derecho, pero lleva consigo también la falta de sentido común, de empatía con los vecinos, de oportunidad, máxime también que -como se sabe- estamos siendo atravesados por una pandemia mundial que está requiriendo de los hospitales del mundo una organización especial y un plus de sus trabajadores al que no escapa el hospital Santa Rosa de nuestra ciudad y sus recursos humanos. Precisamente de humanidad se trata, no de chicanas, ni de tener razón a través de normativas, que si se las pone por encima del sentido común y en función exclusiva de la política partidaria terminan siendo un error.
Prioridad política partidaria sobre necesidad ciudadana


Claramente "la pelota" fue tirada por el "Cambiemos" de Galimberti, por el espacio político que lidera denominado "construir", con el que desde hace poco tiempo viene recorriendo la Provincia en modo campaña, y el esférico cayó en terreno provincial, apuntando a sus adversarios políticos, al gobernador Bordet, y a la aspirante -con grandes posibilidades a partir de su error político- a sucederlo en la intendencia en Chajarí la Dra. Fernanda Lalosa.

Como lo ha explicado la médica, directora del Hospital Santa Rosa local, si la competencia ahora es de Salud de la Provincia, y más aún del hospital que dirige, eso nunca se lo comunicaron por escrito. Jamás fue llamada por el Municipio de Chajarí, con la antelación que corresponde, para hacer un traspaso de la responsabilidad y la adecuación presupuestaria y de recursos para ocuparse de la "changuita" que le tiraron sobre la mesa política desde donde opera Galimberti.
El hospital hace lo que puede
Aún así hemos visto a la Dra. Lalosa concurriendo en su vehículo particular a atender accidentados, y mandando unidades móviles (ambulancias) del hospital en la medida de sus posibilidades, si en ese momento no estaban afectadas a tareas propias del hospital, y es probable, que la demora ocurrida en el día de ayer se haya debido a eso.

De entrevistas con Lalosa también ha surgido -según lo que ella cree- que el servicio de emergencias en la vía pública debe ser tercerizado. Que se necesita de una empresa con ambulancias y personal dedicado exclusivamente a esa tarea, sea contratado por Provincia, por el Municipio, o por quien sea.

En el "mientras tanto" será la Dra Lalosa la que seguirá concurriendo a los accidentes o enviando ambulancias pero sólo en las medidas de sus posibilidades en ese preciso momento. Esto deja en claro que el problema de la atención accidentológica en la vía pública está aún lejos de haber encontrado una solución definitiva.

Queda al descubierto que el interés político prevalece -en la decisión de Galimberti- respecto del cuidado de la Salud -que sólo aparece en anuncios pomposos y netamente de campaña como los 10 millones de pesos ofrecidos por el Ejecutivo local para la compra vacunas para combatir el Covid 19-.

Presencié personalmente el calvario que vivió el muchacho accidentado en el día de ayer, escuché cada llamado desesperado que se hizo desde distintos celulares en procura de atención médica urgente, oí gemidos de dolor, solicitud de agua, pedido de abrigo, y noté con profunda impotencia y decepción que en ese frío asfalto podría haber estado alguno de mi familia, cualquiera de ustedes o yo, con idéntica o distinta suerte.

Percibí también que en ese asfalto permanecía la inacción política, que cuando está en "modo campaña", como ahora, no suele ocuparse de accidentados ni de ambulancias ni de quejidos ni de reclamos.

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