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Con las valijas casi listas para ir a Washington para reunirse con la cúpula del Fondo Monetario Internacional, el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, difundió el resultado fiscal de septiembre y la evolución de la deuda pública al tercer trimestre.

Según contó, en septiembre hubo un déficit primario (antes del pago de intereses de la deuda) por $ 25.368 millones con el que en el año se acumula un superávit primario de $22.892 millones, equivalente a 0,1% del PBI. La meta prevista con el FMI era de $ 70.000 millones.

No obstante, si bien el número quedó por debajo de la meta al tercer trimestre, con la incorporación de los "ajustadores" acordados con el organismo el objetivo acumulado se reduce a alcanzar un déficit de $ 2500 millones, por lo que desde Hacienda mostraron que se sobrecumplió la meta fiscal.

"Con las licencias, el déficit podría haber sido de $ 2500 millones, que se compara con los casi $ 23.000 millones de superávit", sostuvo el ministro.

Estos ajustadores fueron pactados con el FMI como "permitidos" para aumentar el gasto en un 0,5% del producto. Por un lado, se puede incrementar en un equivalente al 0,3% del PBI en gasto social y, por el otro, un 0,2% del producto en financiamiento para obra pública conseguida con organismos internacionales que no sean el Fondo.

Los números que presentaron en la conferencia de prensa incorporan $ 49.345 millones para gasto social (0,2% del PBI) y $ 23.138 millones para gastos de capital.

"Los ingresos crecieron por arriba del gasto en 3 puntos porcentuales", resaltó Lacunza, acompañado por los secretarios Sebastián Katz, Rodrigo Pena y Santiago Bausili. Reconoció que por las medidas que se tomaron luego de las paso impactaron en los ingresos fiscales.
Sobre la deuda
Lacunza aseguró que la variación de la deuda es una sumatoria del déficit. "Hay que elegir entre un mayor ajuste o menor deuda", planteó. "Ese dilema no lo resuelve el Poder Ejecutivo. Es una interacción de fuerzas políticas", defendió.

En ese sentido, dijo que surge de la negociación con las provincias y también de los fallos judiciales. Lo dijo a pocos días de las presentaciones en la Justicia de las provincias y también de la decisión de la Corte Suprema en quién se debe hacer cargo de la disminución del IVA y de Ganancias.

Con el uso de promedios móviles para el PBI, luego de hacer un recorrido de la evolución nominal de la deuda y las reservas internacionales desde 2007, aseguró que actualmente está en 68% del producto y que, con mediciones alternativas (aunque no detalló cuáles), sería equivalente a un 75% del PBI.

"Es un buen punto de partida para empezar a negociar el reperfilamiento con los acreedores", señaló, al tiempo que dijo que este proceso debía ser "voluntario y rápido, pero no urgente".

Señaló que un período de 9 meses sería esperable. "No hay tiempo que perder", resumió.
A no esperar novedades del FMI
La presentación de estos resultados se dio luego de que el Fondo Monetario Internacional pronosticara en su Panorama Económico Mundial (WEO por su sigla en inglés) una inflación de 39,2% para 2020, tras cerrar este año en 57,3%. El PBI, en tanto, tendrá el año próximo una nueva caída, esta vez de 1,3%.

Sobre las divergencias de las previsiones oficiales, Lacunza reconoció esta tarde que las estimaciones por parte del FMI son un "poco más negativas" que las esperadas por el Gobierno, mientras rechazó la posibilidad de que esta semana se dé una definición sobre el desembolso pendiente.

En tanto, confió en los números plasmados en el Presupuesto, que pronostica un crecimiento del PBI de 1% en 2020. "Creemos que una vez resuelta la incertidumbre política y financiera por el perfil de la deuda, se estaría en condiciones de retomar el crecimiento antes de mediados del año próximo", vaticinó.
Fuente: El Once

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