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Rosana Irungaray, viuda de Julio Bereciartu, dio pelea junto a sus abogados Emanuel Dezorzi y Daniela Scornavache y consiguieron una sentencia favorable que reconoce a Rufino “Pino” Baggio y a su hijo Juan Pablo como empleadores de Bereciartu y que su fallecimiento se produjo en el marco de un viaje laboral.

“Hubo una primera sentencia en la que se reconoció la dependencia laboral de Julio, pero faltaban pruebas sobre el viaje que compartieron con Juan Pablo a Rosental”, recordó Irungaray, la esposa de Bereciartu, el gualeguaychuense asesinado por dos motochorros el 10 de octubre de 2012 en Rosario.

“Hubo apelaciones e instancias de recursos, además de que el juzgado que nos tocó es lento, por eso todo demoró tanto. Mi abogado hizo un muy buen juicio, le ganamos a ‘Pino’ Baggio y a la ART: reconocieron que Julio trabajaba para ellos, que estaba donde estaba por trabajo. Lo que no reconocieron es que fueron a la financiera Rosental. Se cansaron de mentir en el juicio penal, rechazaron la relación laboral, diciendo que fueron a Rosario a comer y a comprar zapatillas”, agregó.

Actualmente, Rufino “Pino” Baggio quedó al frente de la empresa familiar RPB. No había podido acceder a ese lugar hasta la muerte de su madre. En octubre de 2012, el hijo de “Pino”, de nombre Juan Pablo, viajó a la financiera rosarina Rosental SA, con Bereciartu. Hicieron una operación financiera no reportada y decidieron volver de inmediato. En un semáforo de Caferata y Santa Fe, fueron abordados por dos motociclistas: Bereciartu manejaba la Toyota Hillux y los delincuentes se bajaron armados, pidiendo el maletín que estaba en el asiento trasero.

“Cuando comenzó esto mis hijas tenían 4 y 6 años. Delfina, la más grande, tiene 17 y Josefina, la más chica, 15. Pasó mucho tiempo. La Justicia es para ellas que atravesaron casi toda su vida con este proceso. Ellas siempre supieron que estábamos con abogado. A medida que iban creciendo les iba contando. No sabés cómo lloraban cuando les contaba que íbamos bien. Todo lo que atravesamos como familia con esto, el asesinato de su padre, no poder saber quién lo mató pero al menos que reconozcan que fue por trabajo. Siempre pedí que eso se aclare, que Julio trabajaba para ‘Pino’ Baggio y el asesinato ocurrió en un viaje laboral”, subrayó la mujer.

Irungaray afirmó que Juan Pablo Baggio mintió en el proceso judicial. “Había un juez muy bueno que conocía bien la actividad de Rosental y nunca dudó que el viaje implicó la visita a esa financiera, pero después lo sacaron y, cuando lo reemplazaron, el juicio penal no prosperó. No podía ser querellante tampoco”, indicó.

La viuda destacó el acompañamiento de su representante legal y el estudio jurídico: “Si no fuera por ellos, hubiese abandonado; es lo que siempre buscaron”.

“No puedo estar contenta porque a Julio no me lo devuelven, ni a mis hijas la infancia y adolescencia sin padre. Todo lo que pasamos y vivimos, un juicio no lo compensa. Pero si ‘Pino0 Baggio está ahora al frente de RPB es porque pudo quedarse con un paquete de acciones y yo lo vinculo a ese dinero que trajeron. Él compró una parte a la hermana para tener la mayoría de acciones. Mientras vivió la madre, nunca pudo ser gerente porque el voto de oro lo tenía ella. Pero cuando esa señora murió, por medio de la Justicia, él subió a gerente. Tienen una muerte arriba y todavía despiden gente de acá. Julio se tiró arriba de Juan Pablo para protegerlo, dio su vida: lo dicen las autopsias que tanto leí. Que Juan Pablo no haya hecho nada, ni lo haya acompañado al hospital, es horrible. Encima lo que dijo un testigo, que no subió a la ambulancia, que se quedaría en la camioneta por miedo a que le roben otra cosa. ¿Qué más le iban a robar? Que hoy sea gerente gracias a eso y jamás preguntó si necesitábamos algo. Creo que hay una justicia terrenal que tuvimos y una justicia divina que la tendrán”, cerró.
Qué reconoció la Justicia
Emanuel Dezorzi, abogado de Irungaray, informó que las sentencias tienen dos componentes: el pago de indemnización por la relación laboral y por fallecimiento y otros rubros.

“Estos son conceptos que se pagan a cualquier empleado que fallezca durante la relación laboral, tenga o no relación con el trabajo el fallecimiento. Por otro lado, se condenó a la ART a pagar prestaciones que prevé la ley de riesgo de trabajo, porque el fallecimiento ocurrió durante la prestación de trabajo”, diferenció.

El letrado contó que no pudieron conseguir que se extienda responsabilidad a Rufino Baggio y a la firma Bigar porque no pudieron probar que “el asesinato fue como consecuencia de un robo por estar transportando dinero para la empresa de los Baggio. Lamentablemente era un secreto a voces, pero no pudimos probarlo y los testimonios que había no fueron considerados por los jueces”.

Dezorzi reconoció que fue un “juicio complejo y prolongado”. “El primer tiempo demoramos nosotros porque necesitábamos recabar información y que avanzara la causa penal. Eso fueron dos años más o menos, pero después de eso, hubo muchos tiempos muertos y la causa se dilató muchísimo”, sintetizó el abogado y añadió: “Consideramos que fue una muy buena sentencia porque reconoce que Julio falleció trabajando para ellos. No sé por qué no lo reconocieron de entrada y facilitaron las cosas para Rosana y las chicas. La ART lo supo de entrada, pero eligieron litigar y dilatar lo que más pudieron”.

Actualmente, la ART tramita un recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Esto puede llegar a modificar la sentencia, la verdad es que no sabemos qué va a pasar, pero podría perjudicar a Rosana y las chicas”, afirmó el letrado.

Más adelante, evaluó que la complejidad del juicio tuvo que ver con “poder atar pocos cabos, sueltos y escondidos. Costó bastante. La posición de ‘Pino’ y Juan Pablo Baggio hubiese podido ser otra. Si tomaban otra actitud, la ART estaba obligada a pagar de entrada, pero no lo hicieron. Lamentablemente tuvimos que litigar todos estos años”.
Fuente: Análisis

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