En las primeras horas del domingo, la Policía tomó conocimiento de que un joven de 17 años había dejado dos equinos en el asentamiento 351 de Paraná. Presentes en el lugar, los uniformados hallaron a los dos animales, los cuales habían sido sustraídos momentos antes por el mencionado joven.
Inicialmente, la Fiscalía en Turno dispuso el secuestro de los animales, iniciándose el legajo judicial a los fines de establecer propiedad y procedencia de los mismos.
Momentos más tardes, en Comisaría 15, una mujer de 33 años denunció que el sábado sus hijos de 16 y 14 años de edad habían dejado dos yeguas y un potrillo en un predio ubicado cerca del Barrio Médicos II, para que se alimentaran. Alrededor de las 20, al ir a buscarlos, notaron la faltante de una yegua y su potrillo, encontrando solamente uno de los equinos.
La sustracción de los equinos que se le endilga al adolescente se habría concretado tras un hurto anterior.
El robo del auto
A las 16:20 del sábado, un hombre que se desempeña como bombero voluntario en Cerrito dejó estacionado su Chevrolet Corsa con las llaves de arranque colocadas.A las 19:20, al retirarse del cuartel, se percató de la faltante del auto. En un primer momento sospechó que su hijo se lo había llevado, pero pronto confirmó que no fue así. Asimismo, un vecino le hizo saber que un rato antes, un joven había subido al auto, saliendo por Ruta Provincial Nº 8 en dirección hacia Paraná.
El rodado fue localizado pasadas las 20:30 de esa misma jornada en Acceso Norte de Paraná, cerca de donde fueron robados los equinos. El mismo se hallaba sin ocupantes, constatándose que se había agotado el combustible.
