El principal sospechoso del hecho fue Miguel Ángel Lencina, un hombre que al momento del hecho gozaba de una salida laboral de la cárcel de Concepción del Uruguay, donde purgaba una pena por el asesinato de una mujer.
Lencina fue detenido y pocos días después, el 6 de agosto de ese año, apareció ahorcado en la celda de la Comisaría 5ta. de Paraná, donde permanecía alojado.
La viuda del principal sospechoso, Mirta Chávez, fue condenada en 2007 a 17 años de cárcel, acusada de haber sido quien se comunicó telefónicamente con la familia Aguirre para pedir el rescate. Chávez recuperó la libertad condicional el 21 de abril de 2016 y fijó domicilio en la ciudad de Gualeguay.
A pesar de esta condena, durante la investigación policial y el juicio no se pudo determinar cuál fue el destino de la adolescente.
La búsqueda de la madre de Fernanda
Pese a que el Estado fue abandonando la búsqueda, la madre de la víctima, María Inés Cabrol, nunca dejó de sospechar que su hija había sido entregada a una red de prostitución y siguió cada pista hasta su fallecimiento, el 11 de mayo de 2010. Tenía 45 años y no pudo más frente a una penosa enfermedad.La mujer le reclamó al poder político, judicial, institucional una respuesta y lo único que recibió fueron promesas y falsas expectativas.
Las hermanas de Fernanda, su padre, Julio, y otros familiares intentaron llevar el reclamo, el tiempo pasó y lo único que queda de la menor de San Benito es su recuerdo.