El delincuente de 23 años fue derribado de un tackle y una vez en el piso rodeado por los empleados del comercio y los vecinos, que rápidamente descubrieron lo que estaba ocurriendo. Para evitar ser golpeado, el delincuente recurrió a la victimización y en su papel rogaba que no le hicieran daño, gritaba "soy menor" y que era un “gil”.
A los pocos minutos llegó la Policía y trasladó a la Jefatura al ladrón. Luego el barrio recuperó la tranquilidad y en la peluquería regresaron al trabajo.