Allí, un perro que acompañaba siempre una señora que trabajaba en el lugar, va cada día, esperando a su dueña, que falleció hace un tiempo.
"Su nombre no lo sé, yo le digo ‘mi Orejón hermoso’ y no para de mover su cola. Allí me espera temprano para que le dé de comer y se queda durante toda la mañana, luego sale y deambula y al día siguiente regresa a esperarme nuevamente", indicó Anahí, una joven trabajadora del hospital.
Y acotó: "Mi intención es encontrarle un hogar y una familia que lo quiera tanto como lo quería su dueña. Es un perro más que bueno, tranquilo y no tiene problemas para convivir con otros perros. Su edad es de unos 3 años aproximadamente".