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La frase le pertenece al experto en finanzas Aswath Damodaran, de origen indio pero radicado en Estados Unidos. Recientemente pasó por Uruguay y conversó sobre inversión en empresas y la situación económica de la región y el mundo.

La realidad económica del mundo ha cambiado en los últimos años, tanto en las grandes potencias como en la región, y eso afecta a Uruguay. Se ha visto con el dólar, con el déficit, con la deuda, y también lo han sentido las empresas que aquí funcionan.

El indio Aswath Damodaran es experto en finanzas corporativas y valuación de empresas, y está muy pendiente de lo que sucede en los mercados. La semana pasada visitó Uruguay para dar una charla auspiciada por la Universidad de Montevideo y CFA Society Uruguay, y luego conversó con El Observador sobre estos temas.

-Los mercados parecen estar atravesando un nuevo período de turbulencias. En las últimas semanas Wall Street perdió casi todo lo que había ganado en 2018. ¿Qué explica esta situación?
-No hay una sola respuesta ni una explicación sencilla. No es porque las tasas de interés estén más altas, porque han estado altas buena parte del año. De hecho, en octubre las tasas de interés se estancaron. Hay gente que dice que tal vez sea una crisis global, los problemas de Arabia Saudita con el periodista, e Italia que está en una lucha dentro de la Unión Europea. Pero eso sucedió en la segunda mitad de octubre, y las acciones ya estaban cayendo desde antes. También dicen que es una corrección de las tecnológicas, pero cuando se mira los precios de las acciones, las compañías tecnológicas tuvieron una caída mucho menor que otros sectores. Los números no parecen respaldar ninguna explicación específica. Cuando los mercados se corrigen, usualmente es una suma de pequeños cortes más que una gran herida. Estos pequeños cortes se acumulan y en un punto los mercados se despiertan y dicen: "Pah, estoy lesionado, tengo que curarme". La gente a menudo piensa en las correcciones de mercados como algo malo, pero si tuvieras un mercado que nunca se corrige tenés un problema aún peor: es un mercado irreal. Las correcciones del mercado son parte del negocio de invertir. Es parte de una cultura de mercado de capitales, que cuando uno invierte su dinero no tiene que esperar un retorno garantizado. Va a esperar un alto retorno, pero debe vivir con dolor, con caos. Una cultura de mercado de capitales es sana para una economía que quiera crecer, porque alienta la toma de riesgos. La esencia de tomar riesgos es que a veces vas a estar en lo correcto y a veces te vas a equivocar. Cuando veo meses como este me recuerda que el riesgo es para ambos lados y que tengo que poder convivir con este tipo de dolor por los retornos que he podido ganar en los últimos 20 o 30 años gracias al mercado de capitales. Cuando la gente pierde dinero es la culpa de otro, pero cuando ganan plata siempre es gracias a ellos. Para mí, la mayor parte del tiempo no tiene que ver con lo que yo haga más allá de que gane dinero. Es parte del juego.

-¿Cómo ve esa cultura de mercado de capitales en Uruguay?
-No existe. Es una cultura de renta fija, de bonos. Puede ser que los uruguayos tengan mayor aversión al riesgo, pero también es por las oportunidades que existen. Si crecés en una casa en la que no hay ventanas, para vos esa es la forma natural en que una casa se construye. Ni siquiera es que los uruguayos no quieren invertir en acciones, sino que nunca tuvieron la opción, no saben de qué se trata. Por no poder invertir en acciones, si se les pregunta si Ies gusta invertir la reacción es: "No, suena riesgoso”. Pienso que, pese a que es fácil decir que los uruguayos tienen aversión al riesgo, la mayoría no sabe lo que es invertir en acciones.

-¿Qué podría hacer Uruguay para desarrollar el mercado de capitales?
Es muy difícil para los gobiernos y para los países, tiene que venir de abajo, de parte de compañías que rompan las reglas y coticen en bolsa. Uruguay tuvo un mercado de acciones que desapareció porque una sucesión de crisis lo mató, pero alguien debería ser lo suficientemente osado y valiente para dar el paso.

-¿Entonces tiene que surgir desde el sector privado?
-Puede venir del sector privado exclusivamente, o del gobierno, llevando a alguna de sus empresas públicas al mercado. Podría tomar su mejor empresa y hacerla parte del mercado de acciones local. No hay que verlo como una venta del patrimonio nacional, que es lo que usualmente sucede, sino que es compartir una parte de ese patrimonio.

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Aswath Damodaran pasó la semana pasada por Uruguay y analizó el contexto económico de la región. Agrandar imagen
Aswath Damodaran pasó la semana pasada por Uruguay y analizó el contexto económico de la región.
-¿Cómo se combina eso con la idea de que es vender parte del patrimonio y la soberanía del país?
-¿Y qué si los uruguayos son los que compran esas acciones? Te lo estás vendiendo a vos mismo.

-Cualquiera podría comprar, siendo uruguayo o no.
-Sí, pero se pueden establecer restricciones al porcentaje de acciones o nacionalidad que puede tener el inversor. Esa preocupación es tonta, porque -seamos realistas- grandes porciones de países pueden ser compradas sin un mercado bursátil. No estás vendiendo el 100% de la compañía, sino el 30% o 40%. Todavía controlás la empresa. Incluso si comprara la totalidad del 35% que ofrecés, no puedo cambiar ni una sola cosa dentro de la compañía. Como Estado podés hacer exactamente lo que hacés ahora, pero tenés alguien que te financia. En esencia, es lo mejor de los dos mundos.

-¿Cómo ve los mercados en los países emergentes hoy?
-Estados Unidos y el resto del mundo han tenido caminos divergentes en el último año y medio. EEUU ha tenido un sólido desempeño de la economía y los mercados, pero el resto del mundo está en aprietos. Excluyendo a Brasil en las últimas semanas, que tuvo un efecto electoral, las monedas se han desplomado, a los mercados no les ha ido del todo bien, las economías están estancadas.

-¿Cómo ve el futuro de Brasil con Jair Bolsonaro en la presidencia?
-Esto no es como las elecciones del pasado en las que tenías a un candidato, un partido y una plataforma conocidos. No tenemos la más pálida idea de qué pasará. Lo único que podemos hacer es esperar y ver. Es improbable que las propuestas más radicales que se plantearon se lleven a cabo, porque casi nunca se concretan, pero veremos grandes cambios en un país que es gran parte del continente. Ustedes lo sentirán.

-Del otro lado tenemos a Argentina. ¿Ha seguido lo que sucede allí?
-Tener a Argentina como vecino es como tener un tío loco y alcohólico viviendo en tu ático, que es muy divertido cuando no está loco. Cuando está sobrio es un tipo muy agradable, pero cuando está borracho hace cosas locas. Es una bendición mixta, cada seis o siete años atraviesan un período de caos, y te guste o no vas a sentir esos efectos en Uruguay. Pero el caos argentino es más predecible, porque no importa quién esté al frente del gobierno, es como un relojito.

-¿Argentina sigue borracha o está con resaca ahora?
-Cuando sos alcohólico es que tenés que dejar de tomar alcohol por el resto de tu vida. Y el problema con Argentina es que tiene períodos de sobriedad, pero no duran mucho tiempo. Es institucional.

-¿Es un buen momento para invertir en compañías argentinas ahora?
-Colectivamente puede ser peligroso. Pero hay empresas argentinas en las que invertiría. Sería selectivo, buscando empresas bien administradas y con posibilidad de sortear la crisis.

-Muchísimos inversores en todo el mundo están todo el tiempo viendo en sus teléfonos el desempeño de las acciones en las bolsas, y cuando llegan malas noticias venden de forma masiva. ¿Existe un plan B?
-No mires el teléfono. Tenemos demasiada información. Podés pasar semanas sin saber cómo le está yendo a tus acciones y eso es más sano, porque cuando estás siendo reactivo como inversor, casi siempre vas a hacer cosas estúpidas. Eso no es invertir, es hacer trading, y la historia del tradinges que la mayoría no gana dinero. Es mejor invertir y dejar de chequear la cotización de las acciones todo el tiempo.

-¿Qué pasa con las criptomonedas? El bitcoin hoy vale unos US$ 6.000, cuando hace un año valía US$ 18.000. ¿Era una burbuja?
-La gente no sabe realmente cuál es su valor. Las criptomonedas no se están comportando como monedas. El bolívar venezolano es una moneda muy mala, y del otro lado el franco suizo es una muy buena. La pregunta con las criptomonedas es en dónde se ubican en medio de ambas. Preferiría tener un bitcoin en mi bolsillo a un bolívar, pero prefiero un franco suizo a un bitcoin por una simple razón: ¿podrías salir de tu casa hoy y hacer las compras, comer o pagar el transporte con bitcoins? No, y en esencia eso lo hace una mala moneda. Y es tan volátil que si hubiera puesto en mi bolsillo un bitcoin hace un año y me olvidaba, antes tenía US$ 18.000 y ahora tengo la tercera parte. Hoy en día todo se paga de forma digital, por lo que vamos a seguir teniendo criptomonedas porque ahora somos criptopersonas, pero no creo que vayan a ser las existentes, sino las reales.
Fuente: El Observador de Montevideo.

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