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La Defensa Sur, en la última creciente (foto: EER)
La Defensa Sur, en la última creciente (foto: EER)
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(*) ex director de Derechos Humanos.

Para aquellos concordienses, que nacimos debajo de la cota 14, seguramente nos quedará marcado en nuestras retinas, ver el sufrimiento de nuestros padres ante cada crecida del Río Uruguay. Incertidumbre ante el nuevo paradero, el desarraigo, la pérdida de los pocos bienes y la tristeza, son cosas que conviven en uno toda la vida. Nací en el barrio Velez Sarsfield, exactamente en calle Colón, casi Catamarca, a mi humilde casa la construyeron mis padres con sus propias manos allá por el año 1954, los dos trabajadores del frigorífico Yuquerí, en ese tiempo, apenas les alcanzaba para comprar los materiales. Hacia 1958, ya estaba terminada, pero todo se complicó, cuando al año siguiente, la mayor creciente de que se tenga memoria en 1959, la tapó completa, ocasionando todo tipo de rotura, la humedad y un sin número de problemas. Luego otra y otra creciente pasaron por allí. En el año 1981, mis padres ya habían fallecido y recuerdo que la posta la tuve que tomar por ellos en las siguientes crecidas.

A partir de esta experiencia personal, participé varias veces, en las posteriores crecidas de nuestro querido Río Uruguay, con el padre Andrés Servín, en la zona sur de Concordia, haciendo muros con bolsas de arena para detener el avance incesante de las aguas en esa populosa barriada. Luego el sueño de la construcción de la Defensa Sur, junto al Cacho Medina y otros militantes del sector, en donde se proyectó y se decidió de una vez por todas a solucionar de raíz, la problemática que aquejaba a miles de hermanos que viven allí. Hoy la Defensa Sur, a poco más de un mes, soportó sin ningún tipo de problemas la crecida, protegiendo a unas casi 14.000 almas.

Días pasados, hablando con el Ingeniero Hernán Orduna, otro de los protagonistas de la construcción de la Defensa Sur, me contaba de la metodología de trabajo que se dio entre los vecinos. Democrática, participativa, deliberativa, la definió, "La defensa no es solo un muro", me dijo, para luego detallar, todo el trabajo dominial, de expropiación, de construcción de cloacas, de construcción de baños, que trajo justicia al sector.

Mi visita a Orduna, se debió concretamente a que recordaba en forma vaga que allá por el año 1994, recuerdo haber recorrido la traza de la vía, entre calle Mitre y Salta que abarca varias cuadras, junto al Ingeniero Sergio Fontana de Hidraúlica de la provincia, lamentablemente fallecido en el 2014, en donde hacía mediciones para lo que sería en un futuro la Defensa Central, que se proyectaba hasta la zona norte de Concordia. Cuatro años más tarde todo quedó trunco, "vino la gestión de Montiel y dio prioridad a otras cosas". Lo cierto es que hoy, enero de 2016, por las inundaciones que causó "El Niño", el gobierno nacional, mediante Decreto 266, declaró la emergencia hídrica en siete provincias; entre ellas, Entre Ríos y con ello, se buscarán créditos internacionales "en forma inmediata", lo que permite solicitar financiamiento externo para la construcción de Defensas contra inundaciones.

Tenemos una Comisión Administradora de los Fondos Especiales de Salto Grande, (CAFESG), en donde existen técnicos probos para continuar y realizar el anteproyecto. Es menester entonces, la de convocar a todos los concordienses de buena voluntad, que se hallan hoy en funciones de gobierno, concejales, diputados, senador, Intendente y Gobernador, para que apoyen esta propuesta, con una metodología participativa, democrática y pluralista que garantice que lo que se resuelva entre los danmificados, sea respetado por todo el arco político, mediante consultas y reuniones públicas.

Avanzar con los sueños y la fe de los que nos precedieron

Es cierto y lamentable que hoy no tenemos, ni al padre Andrés Servín, ni al Ingeniero Sergio Fontana, pero nos dejaron, la fe y un esbozo. En nosotros, aquellos que sabemos en carne propia los avatares que trae aparejado el agua, está la decisión de terminar con las improvisaciones y de pensar en construcciones materiales y colectivas, que terminen de raíz con el asistencialismo y que de una vez por todas la justicia social llegue a cada uno de los hogares de los inundados.
Fuente: concordia.elentrerios.com
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