La situación que se encuentra pasando sería consecuencia de factores tales como la menor afluencia de argentinos y las intensas lluvias desde el inicio del año que alejaron a los campamentistas, así como la creciente del río Uruguay, que recortó la franja de arena.
Por otro lado, el gobierno departamental reconoció problemas de contaminación en las playas, se colocaron banderas de advertencia y se comenzó a medir diariamente la calidad del agua, en tanto las playas permanecían inhabilitadas.
Ante este panorama, la Intendencia de Río Negro manifestó estar dispuesta a contemplar la situación de los operadores. El intendente, Oscar Terzaghi, adelantó que la comuna tendrá en cuenta “las particularidades de estas circunstancias que llevan a que las expectativas que tenía cada uno no se cumplieran; somos conscientes de eso, lo vivimos junto con ellos y lo vamos a tener en cuenta, naturalmente”.
Respecto a la creciente, dijo que “hasta que no se normalice la situación difícilmente bajen los niveles de coliformes en las aguas de playa”. Paralelamente, entre los operadores turísticos locales hay quienes no están de acuerdo con la forma en que se manejó el tema de la contaminación.
