El fiscal Mauricio Guerrero y el juez Tobías Podestá actúan en la investigación por supuesta mala praxis, en el marco de una fallida cesárea programada, en un embarazo a término, por la cual falleció el neonato.
Como medida de prueba, se secuestró la historia clínica del sanatorio privado donde ocurrió el hecho, y también el cuerpo del recién nacido, "que estaba en un laboratorio donde se le iba a hacer una especie de autopsia privada para ver que había pasado, pero a raíz de la denuncia ante la justicia del padre el cuerpo deberá ser examinado por los médicos forenses, quienes dictaminarán si hubo o no mala praxis", explicó una fuente judicial.
La investigación continuará con la realización de una serie de pericias y de medidas de pruebas.