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“No apareció muerta. La asesinaron”, es la frase que resuena en los pedidos de justicia que siguen a un femicidio. Es el caso de Cintia Benítez, una joven de 27 años con discapacidad intelectual que concurría al Hogar para Discapacitados Mentales Adultos (Ho.Di.MA.), donde fue por última vez el jueves 13 de junio. Su nombre está presente en cada marcha en contra de la violencia de género en la ciudad de Colón, donde no se la olvida. Su cuerpo fue encontrado el mediodía del 18 de junio de 2013, flotando en el río, 20 metros adentro, a la altura del Club Piedras Coloradas ubicado en la zona costera sur.

En la tarde del día anterior, su padre había realizado una exposición solicitando su paradero. Contó que, en lo que iba del año, era la octava vez que su hija se iba de la casa; generalmente, luego la encontraban en la casa de un pescador de 43 años de edad, analfabeto, el que también tendría algún grado de discapacidad y al que ella mencionaba como su novio.
Un indicio que convirtió al novio en sospechoso
Al momento del hallazgo, Cintia tenía puestas varias mudas de ropa encimadas y zapatillas, y no había signos de que haya sufrido un ataque sexual.

“El cuerpo estaba enganchado a un trasmallo y según el diagnóstico del médico que lo examinó, se había ahogado”, dijo el fiscal que tuvo a cargo la causa, Juan Carlos Benítez.

Pero el jefe de Policía de la División Investigaciones encendió la alarma de que algo no era como se pensaba. “Vino a verme y me comentó que a quien era el novio de esta chica, le vieron arañazos en la cara”.

“Para quedarnos tranquilos, enviamos el cuerpo a la morgue de Oro Verde. El médico forense de turno dijo que había signos de que la habían estrangulado. Me mandó la fotografía de la autopsia y era evidente que uno estaba quebrado, y a su vez tenía marcas en el cuello que sugerían que había sido tomado en esa zona”.

“A este hombre se le allanó la casa, se le secuestró el teléfono y la canoa”. Sobre los rasguños, “él decía que se los había hecho en el monte. Se analizaron, pero no había rastros de material genético; tampoco se encontraron restos debajo de las uñas de ella. Suponiendo que la hayan matado el domingo a la tarde, recién la encontraron el martes, y si bien el cuerpo se conservó bastante bien por las bajas temperaturas, estuvo mucho tiempo en el agua”.

“Nunca pudimos reunir elementos para atribuirle nada”, indica sobre este personaje. Y a continuación relata un episodio al que el propio exfiscal califica como “raro”, con el mismo protagonista.

“En una farmacia, un hombre estaba esperando para ser atendido y de pronto –de la nada- pasó detrás del mostrador y tomó del cuello a la dueña, apretándola con el brazo como para estrangularla. Era este mismo muchacho. No podemos hilvanar eso a lo que ocurrió años atrás, pero es un dato llamativo”.
Una pista falsa y una amiga que no dijo nada
“Armamos un equipo de investigación y nos juntábamos todas las noches para ver las novedades”, cuenta el Dr. Benítez.

“Una prima nos tiró el dato de que la habían visto en un baile que hubo ese fin de semana en Calle Ancha, del otro lado de la ruta 14. Entrevistamos a quienes habían estado y nadie la había visto. Empezamos a indagar, y esta prima terminó reconociendo que era mentira lo que había dicho, con lo que nos cambió el rumbo de la investigación”.

El entonces fiscal también recuerda a “una chica que andaba siempre con ella, también con discapacidad. La entrevistamos varias veces porque entendíamos que ella podía saber lo que había pasado, pero no logramos sacarle nada”.
Yendo y viniendo, hasta que no se la vio más
“La última vez que se la vio fue el domingo a la tarde. Las cámaras la captaron sola, yendo y viniendo varias veces a lo largo de la costanera, desde la rotonda del puerto hasta la bajada cercana a Punta Vip, alrededor de las 17 horas, y ya no se la vio más”, comenta quien estaba al frente de la causa.

Para el Dr. Juan Carlos Benítez, “se hizo una investigación seria, de un homicidio. El tema es que nunca pudimos dar con el autor. Creo que hay gente que debe saber quien fue o podría haber aportado información”.

La causa no prescribió ni está archivada. Si surge algo, la investigación se puede reactivar. Aunque a esta altura, parece difícil.
Fuente: El Entre Ríos

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