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Tras su gira internacional, el Presidente Javier Milei se sumerge ahora en la agenda doméstica y en el rediseño del gabinete que tiene cada vez más puestos vacantes. El gobierno nacional repele acuerdos y aliados. Rompió la mesa de negociaciones con los gobernadores a quienes trata de delincuentes y con los bloques “dialoguistas” del Congreso.

Aún falta, además, que la Corte Suprema, o el Congreso, se expida sobre la validez del DNU 70/2023 la principal y única herramienta de política económica que le queda en pie a la Casa Rosada. Un constitucionalista cercano al macrismo explicó que, si se respetara su jurisprudencia, el Máximo tribunal, debería rechazar el decreto.

En ese contexto de debilidad política y fragilidad institucional, Milei entablará negociaciones con Mauricio Macri para explorar un escenario de cogobierno con el PRO. Pero La Libertad Avanza ahora le genera dudas y desconfianza no sólo al ex presidente sino a su tropa. Los acuciantes problemas de gestión repelen a las principales figuras de PRO como Diego Santilli quien pidió debatir los términos de ese eventual acuerdo puertas adentro del partido amarillo. Tampoco María Eugenia Vidal se mostró disponible para desembarcar en Anses, donde ya empezó a circular el nombre del entrerriano Alejo Maxit, un ex funcionario de Cambiemos que estuvo a cargo de la ventanilla única en esa dependencia durante la gestión de Emilio Basavilbaso bajo la presidencia de Macri, reveló el periodista Ezequiel Rudman, para Ámbito Financiero.

Al ex presidente le interesa especialmente el decapitado Ministerio de Infraestructura para Guillermo Dietrich, una cartera que abarca Transporte y Comunicaciones pero que quedó bajo la órbita de Luis “Toto” Caputo. Para aceitar el desembarco de sus funcionarios en el gobierno, Macri usa de punto de apoyo a otro Caputo, Santiago. Es su principal aliado para enfrentar al “jefe”, Karina Milei quien sigue rechazando una fusión entre PRO y la Libertad Avanza.

“Cuando vuelvas, hablamos”. Casi con desdén, Macri intercambió mensajes con Milei desde Israel y Roma. El vínculo está deteriorado y el ex presidente, desilusionado. Admira la convicción de Milei para llevar adelante el ajuste sin medir los costos políticos pero duda de su capacidad de gestión. Sin aliados y enfrentado con los gobernadores, Milei ahora se recluye en su círculo íntimo. Y espera el llamado de Macri.
Fuente: Ambito Financiero - Ezequiel Rudman

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