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La noche del lunes golpeó con una dolorosa noticia al fútbol departamental tras conocerse el fallecimiento de José Luis Martínez a los 56 años luego de luchar contra una cruel enfermedad. Tras pasar el fin de semana en terapia intensiva en una clínica de Villa Libertador San Martín el "Maca" se nos fue físicamente dejando como recuerdo una carrera deportiva fabulosa pero también su sencillez y humildad fuera de la cancha.

José Luis formó parte de la extraordinaria e irrepetible camada de talentos surgidos del Barrio Norte de Colón que combinaron su calidad para forjar el ciclo más exitoso de la historia de Social y Deportivo Ñapindá que incluyó el tricampeonato 1977-1978-1979 (en 1980 el "Verde" perdió la final de desempate por el 1º puesto frente a Defensores) y los títulos de los años 1981, 1984, 1986, 1988, 1989 y 1991.

"Maca" jugaba bien en cualquier puesto porque era un futbolista de excepción. Iniciando la jugada en el mediocampo u ocupando cualquier posición en el frente del ataque resultaba letal para las defensas porque se destacaba por su manejo del balón, su claridad para distribuir, su velocidad y fundamentalmente por su ductilidad a la hora de definir convirtiendo cientos de goles de todo tipo.

Fue una carrera extensa y llena de logros porque un jugador de la calidad de José Luis era imposible que no trascendiera y por eso comenzó a desparramar goles por toda la provincia jugando decenas de torneos regionales (hoy Torneo Federal) para Ñapindá, San José, Unión y Fraternidad, Campito, Libertad de Concordia y Sauce con quien alcanzó las semifinales del Torneo del Interior 1986/1987 quedando a las puertas del Nacional B en una campaña tan imborrable para nuestras retinas como aquel gol de cabeza a Independiente Rivadavia sobre la hora. La frutilla del postre fue aquel llamado de Atlético Uruguay para la etapa final del Torneo Regional 1984 y el ascenso al viejo Torneo Nacional de Primera división en el que "Maca" fue el 9 titular de un equipo que compartió grupo con Huracán, Estudiantes de Río Cuarto y River Plate donde supo probarse años antes y a pesar de ser solicitado por el cuerpo técnico decidió volverse a Colón.

"Maca" se retiró del fútbol en 1998 jugando para el Ñapindá que lo vio nacer y triunfar y al que años después le devolvió su sapiencia siendo técnico en inferiores y hasta en algún torneo en Primera en 2002 (hizo debutar con 15 años a Federico González) aunque su ciclo como entrenador fue corto más allá de algunas intervenciones acompañando a Oscar Locher en su cuerpo técnico.

Será un hasta siempre para uno de los ídolos máximos de la historia del fútbol de Colón, porque si algo logró "Maca" fue trascender, ser querido y respetado por los simpatizantes de todos los clubes de la región.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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