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La meta de inflación del 15% para 2018 que estableció el Gobierno parece haber quedado en desuso tras conocerse este jueves que en marzo el aumento de los precios al consumidor fue de 2,3%, lo que da un acumulado de 6,7% en el primer trimestre. De acuerdo con esto, y para llegar al objetivo inicial, la inflación mensual de aquí en adelante tendría que ser del 0,9% hasta fin de año, algo casi imposible según la mirada de los economistas, ya que en abril se espera un número similar al de marzo, además de que en los últimos dos años sólo en agosto de 2016 la inflación se ubicó por debajo del 1%.

Con este panorama, distintos especialistas opinan que sería un éxito llegar al 20% de inflación, para lo cual el promedio de los próximos nueve meses tendría que ser del 1,5%. Según explicaron, en el segundo semestre la inflación va a ser menor, ya que el dólar va a estar más estabilizado y no va a haber tanto impacto de las tarifas, pero resta ver si va a descender lo suficiente.

"Van a seguir los malos datos y para el segundo semestre va a quedar la desaceleración porque, a partir de mayo, hay menos concentración de aumento de tarifas y el Gobierno va a tratar de mantener el dólar anclado, a diferencia del primer bimestre en que el dólar subió. Está siendo más difícil de lo que pensaban. Bajar la inflación con suba de tarifas y un dólar flexible hace que el proceso de desinflación sea más costoso y con un déficit fiscal que va bajando de a poco. Nuestra estimación es que la acumulada va a estar en torno al 21,7", afirmó Federico Furiase, economista director del Estudio Eco Go.

Sin embargo, según él economista, el Gobierno puede no cumplir la meta, pero la inflación sí tiene que bajar 3 ó 4 puntos por año. "Lo que está en discusión es el rol del Banco Central. Hizo mucho ruido la ´recalibración´ de las metas de diciembre. Le tienen que volver a creer. Seguramente siga manteniendo la tasa porque cree que la inflación es transitoria. El tema es si la inflación va a bajar lo suficiente para que se mantenga a raya. Seguir vendiendo reservas te vuelve vulnerable con un déficit externo", agregó.

Otro que hizo referencia al rol del Banco Central es el economista Amílcar Collante, del Centro de Estudios del Sur (Cesur). "Pese a que puede haber sido ambicioso el programa, necesitás mostrar un BCRA que tiene como prioridad ese objetivo, eso es lo que ha estado faltando desde diciembre o se ve más permeable a la política", sostuvo.

"Yendo a la película del año, uno hace cuentas y no dan los números para llegar. El éxito sería estar cerca de 20%, pero para eso se necesita un esfuerzo adicional. Estamos estabilizados a 10 puntos de la meta original o cinco puntos de esta meta posible. Es muy difícil ver un proceso de desinflación en pocos meses tan rápido, no hay mucho que se pueda hacer", agregó.

Para Martín Alfie, economista jefe de Radar Consultora, alcanzar una inflación del "20% también es difícil". Estima un número acumulado en torno al 22 ó 23%. "Va a haber una dinámica parecida a la del año pasado: la primera mitad con una acumulada alta y la desaceleración sobre los meses finales con meses en torno al 1,4% o 1,5%. Eso te deja un punta a punta cada vez más cercano al 23%", explicó.

Por último, el director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), Nadin Argañaraz, opinó que la inflación "es un síntoma" y la causa es el déficit fiscal que te obliga a emitir pesos a un ritmo demasiado elevado como para bajarla en línea con las metas del gobierno. "Es factible bajar la inflación en la medida de que vaya bajando el déficit fiscal sin fijarte un objetivo determinado", concluyó.
Fuente: La Nación

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