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El tiempo rápidamente le dio la razón a la dirigencia de La Unión, que promediando 2019 tomó la decisión de vender su plaza de Liga Argentina y bajar a competir en la Liga Federal. Ahí recuperó su esencia, el protagonismo habitual, y volvió a regalarle a sus hinchas esas entrañables noches de clásicos.

Ya no le encontraba el sentido a competir en una categoría que le demandaba un gran esfuerzo económico para armar un plantel –siendo quizás el de menor presupuesto- y donde se veía muy lejos de la lucha por el único ascenso. Tampoco el formato de juego, nada que ver con el viejo TNA de los ’90 y 2000 que lo vio tres veces semifinalista- con giras por diferentes puntos del país, y partidos en días de semana –por ejemplo un lunes- donde la convocatoria es ínfima, generaban algún tipo de condimento para seguir empujando el carro.

Si bien el reestreno en el Torneo Federal –hoy Liga- no fue el esperado y hasta la suspensión del certamen por la irrupción de la pandemia el equipo ocupaba una baja posición en la División Entre Ríos, la posibilidad de achicar el presupuesto le permitió volcar dinero en infraestructura. Parqué, iluminación, tribunas plegables y pintura le dieron otro brillo al estadio Carlos Delasoie.

Ante la incertidumbre por la segunda ola de Covid, que se trasladaba a lo organizativo, la dirigencia de los Rojos prefirió pararse en un costado y no competir en el Torneo Federal de Transición 2021, a sabiendas que en estos casos CABB respetaría la plaza. Hubo que esperar un poco más para el regreso, pero valió la pena.

Con el regreso de Martín Guastavino –el técnico que lo guió hacia sus dos últimas consagraciones-, los Rojos armaron un muy interesante plantel, con nombres de jerarquía –el regreso del Oso Díaz, más los determinantes César Lavoratornuovo y Germán Frencia a la cabeza- y juveniles de gran proyección que le permitieron una rotación que fue clave en la interminable seguidilla de la Fase Regular.

Una docena de victorias consecutivas en la parte más caliente del torneo lo dispararon en la vanguardia y le posibilitó a La Unión asegurarse la clasificación directa con bastante anticipación. Con un record similar (18-8) lo acompañó el sorprendente Centro Bancario y más tarde se sumaron, tras el repechaje, Regatas Uruguay y Racing de Gualeguaychú. En el camino quedaron varios históricos como Central Entrerriano, Olimpia de Paraná y Social y Deportivo San José.

En la instancia de Play Off los colonenses hicieron pesar su ventaja de localía para deshacerse de Sarmiento de Resistencia (2-0) y San Martín de CuruzúCuatiá (2-1) hasta llegar al mejor de la Región Nea, el casi imbatible Tokio de Posadas. La Unión mostró su mejor versión y le ganó acá y allá, barriendo la serie, a un equipo que sólo había perdido un juego en todo el certamen. GEPU de San Luis será el último rival en el camino al ascenso y el penúltimo rumbo al segundo título –fue el primer campeón en 2012- en la categoría. La definición arrancará este sábado en Colón y se trasladará la próxima semana a tierras puntanas donde será anfitrión el dos veces campeón de LNB.

Más allá del resultado final el objetivo de volver a ser protagonista ya está cumplido. Pero conseguir la frutilla del postre sería el despertar ideal de un sueño que empezó hace unos años, con ese paso atrás, que fue, claro, para tomar impulso.
Fuente: El Entre Ríos.

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