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Trasladarse al interior profundo del Departamento Colón permite encontrarse con grupos de personas que llevan adelante trabajos muchas veces silenciosos o desconocidos en el resto de las localidades. Es el caso de la Escuela de Educación Agrotécnica N° 50 José Hernández de Colonia El Carmen, elegida como protagonista de la sección "Recorriendo nuestras instituciones" de hoy.

“Actualmente, tenemos 104 alumnos que cursan durante los siete años que contempla la formación de un técnico en producción agropecuaria con orientación en bienes y servicios, que es el título que reciben, trabajando sobre tres ejes: producción animal, vegetal y su posterior industrialización. A su vez, la escuela ofrece servicio de internado, que tiene capacidad para 80 personas”, dicen Oscar Retamar (rector) y Andrea Ruba Díaz (secretaria) a modo de presentación.

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“Una escuela agrotécnica no cierra, porque la producción nunca se detiene y hay actividad los 365 días del año, ya que trabajamos con material vivo y una mínima falla técnica en sus sistemas imposibilita que un animal pueda tomar agua, por ejemplo. O siempre hay algo para regar o cosechar, porque la naturaleza no espera”, dan a conocer respecto a algunas de sus particularidades. “Como docentes, no solo trabajamos las horas de clases, sino que muchas veces estamos más tiempo del curricular, los fines de semana o en vacaciones. Tenemos un solo empleado de producción para todo, por eso tratamos de darle una mano siempre que se pueda para alivianar su tarea”, añaden.

“La virtud dentro de la escasez de personal está en el compromiso de los docentes de estar resolviendo temas continuamente. Es una escuela chica, que tiene tres instructores, un jefe y un empleado de campo. Cada uno se compromete mucho con su sector y no lo descuida ni siquiera un fin de semana o deja a alguno de los chicos como encargado, que es como en realidad funcionan las cosas en un campo”, comentan los directivos.
Así es un día de trabajo y estudio en la escuela agrotécnica. “Los chicos se levantan 6.30 todos los días, desayunan y empiezan las actividades hasta el mediodía que van al comedor. Después, vuelven a trabajar hasta las 17.40; los medio internos se van a sus casas y los internos se quedan haciendo actividades recreativas o teniendo la cena y la hora de estudio”, enumeran. “A los celulares los tienen en su poder entre las 18 y las 21, o sea que mientras están en actividad áulica o productiva no los tienen, como parte de un acuerdo de convivencia que se cumple perfectamente sin problemas”, completan.

“Se trata de sacar a los chicos siempre que se pueda a actividades institucionales y productivas de vecinos o empresas, eventos y ferias, que sirvan para ampliar su horizonte de conocimientos y tomar contacto con el resto de la sociedad para dar a conocer su trabajo y comercializar algunos de los productos que elaboran. Las prácticas profesionalizantes, como parte de un sistema de producción, hace que apliquen todo lo que van aprendiendo y saquen ganancias como socios que son: desde la producción primaria hasta los cálculos matemáticos de los costos”, destacan el rector y la secretaria.

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“Del Estado provincial recibimos los sueldos para el personal, las partidas para el comedor, este año 56 mil pesos para reparaciones menores, 45 mil para comprar herramientas y 21 para insumos. Tenemos trece módulos productivos mediante los cuales los chicos se están formando y, cualquiera sea el insumo, tenemos mil 500 pesos para cada sector al año”, revelan en cuanto a sus finanzas. “Otro recurso es la cuota de mil pesos que se cobra mensualmente por alumno y nuestros productos que se comercializan con el personal y allegados a la escuela, que se invierte en el sector productivo”, suman.

Quienes deseen tomar contacto con la institución, pueden hacerlo escribiendo a escuelaagro50@yahoo.com.ar o al Facebook “EEAT N° 50 José Hernández”. También llamando al (03447) 487281. Al edificio escolar se puede acceder desde el kilómetro 9,5 de la ruta provincial 23, ingresando a la altura de Colonia Hoker.
Una escuela pulpo
La agrotécnica cuenta con su sede central en El Carmen y, a su vez, fue sumando varias dependencias a sus alrededores. Así lo expresa Néstor Viollaz, jefe de enseñanza y producción.

“Tenemos el predio de la vía, de casi 12 hectáreas, donde hacemos agricultura y ganadería. Después, 2 hectáreas y media en el terreno de la vieja EFA (Escuela de la Familia Agrícola) con reserva forrajera para la producción bovina. También el predio de lo que era la escuelita 66, que tenemos forestación en tres cuarta hectárea. El de la escuela de Colonia Juan Jorge, donde proyectamos desarrollar una sala de apicultura y una plantación de coreanitas. Y el de la Escuela Maipú, con 5 hectáreas, donde hacemos agricultura: este año sacamos 11 toneladas de soja de segunda”, detalla. Y hay dos predios más en gestión. “Uno de una hectárea y otro de dos, con las ruinas de una escuela vieja para guardar maquinarias y plantar eucaliptus. Y la cabaña del Tío Tom, que la idea es llevar cajones de abejas para formar cuencas melíferas y hacer forestación”, anticipa.

“Lo importante es mantener esos espacios del Estado dentro del Estado, dándoles vida a escuelas abandonadas por las que pasaron muchas generaciones, sin sacarles el nombre ni el número, simplemente poniéndolas en condiciones para poder producir y desarrollar todos nuestros módulos productivos”, explica sobre el espíritu de esta iniciativa que busca recuperar espacios en desuso y ponerlos en valor.

“Tenemos la gran ventaja de contar con transporte propio desde el año pasado, que nos permite movilizarnos con los chicos de un lugar a otro”, agrega como dato.
Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)

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