Atención

Esta imágen puede herir
su sensibilidad

Ver foto

Compartir imagen

Agrandar imagen
Un partido de emociones cambiantes jugó la Argentina, que era goleada y se reinventó para perder por 3-2 con Ghana, en el partido que cerró la segunda fecha del Grupo B del Mundial Sub 20 de Nueva Zelanda.

Con un punto, ahora tendrá que superar a Austria, el rival de la jornada final, para clasificarse a la próxima etapa de la Copa del Mundo. Una imagen de desesperación y rebeldía se combinó en los juveniles, que fueron superados en el juego por los africanos, por potencia, en el manejo de la pelota y tácticamente, aunque sacaron a relucir el temple para pasar de una caída estrepitosa, como era un 0-3, a aferrarse a la ilusión de conseguir un boleto.

No hizo pie en el terreno y no fue por la lluvia. La Argentina no encontró el partido en el primer tiempo, fue siempre superada por un rival que ejerció el control a través del capitán Aboagye. No precisa de la potencia física de sus compañeros el N°10, que tiene un mapa de la cancha en la cabeza.

Ghana rompió por el centro la doble contención de Cubas y Tripichio, y cuando optó por avanzar por las bandas también quebró la línea de la selección. Ni Rolón, que además debía desdoblarse para atacar, ni Suárez bloquearon las trepadas de Fobi y Asmah, dos laterales con vocación ofensiva.

La superioridad futbolística hizo que Batalla se luciera a partir de sus intervenciones. En una ráfaga, Ghana lo convirtió en el único sostén del equipo. Fueron ocho remetes los que ensayaron los africanos, quienes en el séptimo intento pudieron vencer la resistencia. Se movió con inteligencia Aboagye y habilitó a Benjamín Tetteh, que de zurda, y tras un rebote en Rolón, hizo lo que ninguno de sus compañeros había podido con Batalla.

Una sola vez la selección logró salir del asedio que impuso el rival, fue un minuto de lucidez, en el que Cubas y Correa combinaron, aunque no estuvieron precisos en la definición. El volante de Boca, de flojo papel, cansado y sin presencia, remató débil y permitió la reacción del arquero Ati; en la secuencia siguiente, Correa se perfiló y el disparo se abrió demasiado.

Fue un espejismo, se rearmó Ghana y volvió a dominar campo y balón. Se reposicionó Donsah, volvieron a desequilibrar Samuel Tetteh y Yaw Yeboah y lo que era esperanza se fue desvaneciendo.

El cambio, en la segunda mitad

El entretiempo sirvió para provocar una reacción, aunque el torbellino fue una tormenta pasajera, de esas que son habituales en esta ciudad, que se tradujo en un cabezazo desviado de Simeone; un desborde de Correa que Gio no llegó a conectar y, un remate de cabeza de Moreira que sacó el guardavalla a puro reflejo.

Argentina estaba montada en un carrusel, quería el premio pero también jugaba al filo de sus posibilidades cuando debía retroceder. Una equivocación de Correa en ataque tomó a todos a contrapié. La corrida de Samuel Tetteh encontró a Aboagye, que con una sutileza colocó la pelota bien lejos de Batalla.

Con Espinoza en la cancha, en lugar de Suárez, y con el ingreso de Buendía, el técnico Grondona se jugó a suerte y verdad. El ensayo se derrumbó a los minutos, después de un penal sobre Samuel Tetteh, que Yaw Yeboah cambió por gol. Una paliza en el resultado y un desconcierto en la cancha, el peor panorama posible para la Argentina, que a esa altura sacaba cuentas y todas le complicaban la ecuación.

El asalto final se reactivó después de un error del arquero Ati, que perdió la pelota, después de un envió de Espinoza, y Simeone empujó la pelota al arco vacío. Con orgullo, la Argentina cambió ataque por ataque: descontó nuevamente con Buendía y pasó de sentirse ultrajada a revivir. Claro que tuvo fortuna, porque Tetteh estrelló una pelota en el poste, después de una equivocación de Mammana, la única en toda la noche.
Fuente: Cancha llena

Enviá tu comentario