La mayoría de los trozos de hielo eran pequeños, aunque algunos tenían un mayor diámetro, cual “bolillas de naftalina”. Al menos eso es lo que pudo observar un lector de El Entre Ríos en la zona donde vive.
El Servicio Meteorológico Nacional había advertido que fenómenos de este tipo podían ocurrir. Tras la “pedrada”, que se extendió por alrededor de 15 minutos, siguió lloviendo torrencialmente sobre la “capital del citrus”.