La balacera se produjo minutos antes de la salida de los alumnos de la escuela Mariano Moreno y pudo haber sido una tragedia. Aseguran que primero cruzó por calle Quintana e Ituzaingó un motociclista que lo vio a Gómez pintando plácidamente el muro; este dio aviso a un familiar de un sujeto a quien “Mondongo” habría asesinado y no tuvieron mejor idea que buscar la venganza.
Es así que lo trajo hasta el penal y cuando lo encontró sobre calle Ituzaingó se bajó de la moto y le efectuó tres disparos. Conocedor del manejo de las armas, Gómez los esquivó con el cuerpo zigzagueado el ataque ante la mirada atónita del agente penitenciario que custodiaba al recluso que justamente en ese momento estaba desarmado y no pudo repeler la agresión.
Los atacantes huyeron sin impactar ni un solo tiro de una descarga de tres balazos.
No hubo noticias de los autores del ataque; ambos tenían casco y se trasladaban en una motocicleta Yamaha.