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Faltan apenas cinco días para la primera aparición pública del papa Francisco en Chile, país al que arribará el lunes a la noche, en el marco de su cuarta gira latinoamericana.

El martes que viene, a las 10:30, está previsto que dé una misa en el parque O'Higgins, en Santiago de Chile; y durante esa jornada, visitará el Centro Penitenciario Femenino. El miércoles estará en Temuco, por la mañana; donde realizará una eucaristía masiva. Por la tarde, regresará a la capital chilena para compartir un encuentro con jóvenes en Maipú y luego irá a la Universidad Católica. En tanto, el jueves se dirigirá a Iquique, donde oficiará otra misa y participará de la ceremonia de despedida antes de embarcarse rumbo a Lima, Perú.

En el marco de esta visita, habrá tres paranaenses que oficiarán como servidores. Se postularon a mediados de 2017 y fueron seleccionados junto a unos 250 voluntarios de distintos países, como Uruguay, Brasil, Paraguay y Bolivia. Son Julián Barzola, de 27 años; Carina Jacob, de 28; y Juan Manuel Dayud, de 26. Hoy abordarán el avión desde Rosario. "Nos inscribimos en julio y en septiembre nos avisaron que habíamos sido seleccionados", contó Julián, con visible entusiasmo.

En su caso, será la tercera vez que podrá ver al Papa en persona: antes estuvo presente como peregrino en dos ocasiones en la Jornada Mundial de la Juventud, que se realiza cada tres años: en 2013 en Río de Janeiro, Brasil; y en Cracovia, Polonia, en 2016.

Los jóvenes oriundos de la capital entrerriana tuvieron la opción de elegir dónde desempeñarse como servidores y eligieron Santiago. Solo tuvieron que hacerse cargo del pasaje y los demás gastos están cubiertos por la organización del evento. Tendrán diferentes tareas y durante su estadía no podrán verse a menudo, ya que cada uno fue asignado a un lugar distinto. En el caso de Julián, estará principalmente en la zona de la Catedral, en el santuario de San Alberto Hurtado, donde estará abocado a orientar a quienes asistan al lugar a presenciar el paso del Papamóvil, la misa o algunas de las actividades estipuladas durante la visita del sumo pontífice.

En Paraná, Julián y Carina forman parte de la Acción Católica Argentina y Juan Manuel, a quien sus amigos lo llaman Willy, participa en la parroquia Don Bosco, y juntos se prepararon estos últimos meses para el viaje a Chile: "Nos iban enviando material para formarnos y nos reuníamos periódicamente a leerlo. También preparamos nuestro corazón. No es nada sencillo servir en esta época en un lugar donde va a haber mucha gente, y con el calor por ahí la tarea va a ser más pesada, pero la vamos a hacer siempre con buena energía para que todo salga bien", aseguró entre risas.

Según comentó, se espera la llegada de 1,5 millones de argentinos, que procuran contar con la posibilidad de ver a Francisco. "Nosotros vamos con mucha alegría. Encontrarnos con el santo padre produce una energía renovadora y poder servir y estar siempre dispuestos a lo que se necesita nos genera una gran satisfacción", dijo, y agregó: "Lo que esperamos es que nos reciban bien, porque hay una historia de rivalidad con Chile. Creo que esta es una oportunidad de tener otra mirada, compartiendo una misma patria, una misma tierra, porque somos hermanos de un mismo mundo y eso nos tiene que marcar y llamar la atención: estamos llamados a la fraternidad y que como argentinos nos haya elegido para colaborar es una señal de que somos nos necesitan y nos consideran".

Sobre lo que significa para él la figura de Bergoglio, expresó: "No nos damos cuenta de la inmensidad que tiene la persona del Papa. Más allá de su origen, traspasa toda barrera idiomática y territorial. El mundo está pendiente de lo que va a decir y lo advertimos en estos encuentros".
"Cuando se hace la Jornada Mundial de la Juventud llega gente de China, que por su fe sufre la persecución de su gobierno; en Cracovia nos sorprendió ver llegar a personas de Pakistán y de Afganistán, que van casi amenazados y arriesgando su vida. Acá uno vive la libertad religiosa de una forma que por ahí no nos damos cuenta", analizó Julián.

Por último, mencionó qué es lo que más le llama la atención del Papa: "Admiro la voluntad que tiene y las ganas con que nos llama a los jóvenes particularmente para ser partícipes de cambiar la historia. Eso es algo que va repitiendo a lo largo de sus discursos y nos moviliza a ser revolucionarios, como él dice. A pesar de la angustia que podemos ver en la sociedad por cuestiones económicas o políticas, podemos cambiar las cosas con pequeños gestos", concluyó.

Turismo religioso


Carina es de Paraná y cada semana lleva a un contingente a presenciar las homilías del padre Ignacio Peires, en Rosario. Con su vasta experiencia en organizar viajes de índole religiosa se animó a armar un paquete para visitar Chile y participar de la misa que dará Francisco en Santiago de Chile el martes. Cuesta 7.400 pesos e incluye el pasaje ida y vuelta en colectivo, alojamiento, media pensión, entrada con ubicación para estar en la multitudinaria ceremonia en el parque O'Higgins y una excursión a Viña del Mar.

El grupo que va a coordinar está integrado por unos 20 paranaenses y se sumará también gente de Oro Verde, Colonia Ensayo, Diamante, Franck, Rosario, y un conjunto de personas de Buenos Aires que se unirán para partir el domingo bien temprano y llegar a destino el lunes al mediodía o a la tarde, dependiendo de las demoras en la Aduana.

"Ya tenemos cubierto el hotel, que es lo más difícil de resolver en estos días", comentó y confió que esperaban reunir más gente para este viaje: "Nos agrupamos desde diferentes ciudades para completar el colectivo. Con la visita del Papa van a cruzar a Chile muchos argentinos, pero creo que varios optaron por ir de manera particular en su vehículo o en avión". De los que viajan con ella, la mayoría tiene entre 45 y 65 años. Solo van dos jóvenes y las pasajeras de más edad tienen 75. Dejó su teléfono por si alguien quiere sumarse: (0343) 154299394.
Fuente: Diario Uno

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