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Un padre y su hijo observaron dos ejemplares de aguará guazú, una especie que se creía extinta en nuestra región. Ocurrió en cercanías a la colonia El Charrúa, departamento Salto, República Oriental del Uruguay.

Cuando transitaban cerca del puente que pasa sobre el arroyo Itapebí Grande, próximo a la colonia El Charrúa, vieron en el camino dos animales extraños, que nunca antes habían visto.

Tenían forma de perro, pero eran bastante más grandes que un can grande; patas traseras más largas que las delanteras y muy anguladas, orejas paradas más bien cortas y pelaje marrón oscuro.

Detuvieron la marcha del vehículo para fotografiarlos, pero fue imposible porque los animales inmediatamente se metieron en el monte natural que rodea el arroyo.

¿Qué animales eran?

Cuando llegaron a su casa, buscaron en Google las imágenes de especies autóctonas y encontraron una que concuerda perfectamente con lo que habían visto. Se trataría de una pareja de aguará guazú, especie que está en vías de extinción y que se creía desaparecida en esa región, puntualmente.

De hábitos nocturnos

Es el cánido más grande que existe, consta de una altura de 80 centímetros, y tiene un peso aproximado de 30 a 35 kilos. Sin embargo, puede haber ejemplares que pesen por encima de 50 kilos.

Se desenvuelve en los bañados, entre los pastizales, por lo cual tiene patas largas y se mueve con rapidez. Realiza alaridos entre agudos y graves sobre todo muy fuertes, capaces de espantar a cualquier animal.

A pesar de su tamaño es tímido, arisco e inofensivo para el hombre. No se han registrado ataques a ningún ganado, y no genera conflicto con las actividades del hombre. Sus hábitos son totalmente nocturnos y se alimenta de pequeños mamíferos, pequeños roedores, insectos y frutas.

Según la guía de campo Mamíferos de Uruguay, existen registros confirmados de ejemplares de aguará guazú en los departamentos de Río Negro (1991), Rocha (2000, 2002) y Cerro Largo (2006), y menciones a ser confirmadas en Artigas, Salto, Rivera, Paysandú, Treinta y Tres, Lavalleja y Maldonado.

Se cree que los hábitos nocturnos del también llamado logo guará y las grandes extensiones en las que se mueven (precisan de 16 kilómetros cuadrados por pareja), sumado a su carácter elusivo, lo vuelven un animal tan poco visto como conocido.
Fuente: Diario Cambio

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