Autovía 14

A 7 meses de la tragedia: vivir entre la paz y el dolor

En su casa de Concordia, hay portarretratos con fotos nuevas. Hebe Rull lucha por reconstruir su vida junto a Mateo, el pequeño que logró sobrevivir al choque que provocó su padre en la Autovía. Su hermanito no corrió la misma suerte.

Los números preocupan, y mucho. En los últimos ocho años hubo más de 2 mil femicidios. Al menos 252 chicos se quedaron sin mamá. En la Ciudad de Buenos Aires se registran dos víctimas de violencia de género por hora, en lo que va de 2015. Quienes pueden contar su historia, la mayoría de las veces cargan con secuelas físicas o psíquicas. El caso de Hebe Rull y sus mellizos, es sólo un ejemplo. Y también es esperanza.

Hace 7 meses su exmarido, Juan Carlos Romero, chocó a propósito su auto con los chicos arriba. Agustín, de 6 años, murió en el acto. Mateo quedó en coma y recién ahora volvió a caminar. Ese fue el final de una pesadilla que duró 22 años.

En su casa de Concordia, hay portarretratos con fotos nuevas. "Las cambié, ésta es mi nueva familia", le dijo Hebe en una entrevista al diario Clarín. En las fotos ya no está Juan Carlos Romero, su ex marido, que murió dos meses después del choque.

Después de años de vivir sometida a la violencia psicológica y las amenazas de Romero, en 2014 por primera vez lo denunció. Tuvo dos abogados, vivió varios días en un refugio con sus hijos para alejarlos de él, hasta que finalmente lo convencieron de que podía ir preso y abandonó la casa que compartían. Pero pidió un régimen de visitas, y se lo dieron.

El lunes del choque era el primer día del acuerdo. "Los llevé a la escuela, los miré izar la bandera. Agustín vino corriendo y me abrazó la pierna. Esa fue la última vez que lo vi", dice. A la tarde, Romero los fue a buscar, la llamó y le dijo "nunca más vas a ver a tus hijos". Lo que siguió después, fue el horror.

Mateo estuvo 20 días sin abrir los ojos, tuvo cinco fracturas, aplastamiento de los pulmones y fue operado por un derrame cerebral y una hemorragia de hígado. Recién ahora volvió al colegio, sin su hermano y con andador. Está empezando a dar sus primeros pasos sin ayuda.

A Hebe le cuesta levantarse de una tragedia así, pero no está sola. "Una parte de mí volvió a sentir paz, la otra vive en un dolor terrible", dice Hebe. Siete meses después, lo único capaz de aliviar el dolor es saber que su ex está muerto y no va a querer terminar lo que empezó. "Volvimos a reírnos, volvieron los amigos a la casa, volvimos a dar pelea juntos con Mateo".

Fuente: Diario Clarín