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Castrillón, sin filtro sobre la justicia y la política: “El sistema de contratos truchos sigue funcionando”

Emilio Castrillón, hasta 2021 presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), ahora está en el llano: se dedica a sus negocios agropecuarios, pero de igual modo sigue de cerca lo que ocurre en la Justicia.

Está seguro de que su salida del Poder Judicial, empujado por un incipiente proceso de juicio político en la Cámara de Diputados, fue impulsado desde Casa Gris. Y que necesitaban -así lo dice- su sillón en el STJ para que sea ocupado por otra persona. Su lugar en la Sala Civil y Comercial fue para la actual vocal Gisela Nerea Schumacher. “Cuando me planté con la independencia y la no intromisión, ahí tuve problemas”, asegura.

Castrillón habló en el programa “Puro cuento” de Radio Plaza 94.7 con su acostumbrado desparpajo y se asombró de la diferente repercusión que tuvieron dos hechos: un altercado con un kiosquero a finales de marzo de 2021 en su ciudad, La Paz, que motivó la apertura de una causa penal y un fuerte cruce con los fiscales de esa ciudad, principalmente con uno: Facundo Barbosa, hijo de un reconocido dirigente del PJ; y el incidente que protagonizó hace pocas semanas en Gualeguaychú el juez de Ejecución de Penas Carlos Rossi, que se enfrentó a un grupo de quinceañeros que festejaban un cumpleaños.

“En mi caso, a la 1 de la mañana le grito a la Policía y a las 7 estaba publicado en Análisis. En cambio, con lo que pasó con el juez Rossi no salió ningún comunicado del Colegio de Abogados ni de la Asociación de Magistrados. Yo sé que Rossi no tendría que haber estado por el problema anterior -el jury al que fue sometido en 2019 por haber liberado a Sebastián Wagner, autor del femicidio de Micaela García-. Pero más allá de eso, comparado con lo que yo pasé, me parece que lo del juez Rossi es igual o peor”, señala.

-¿Cree que hay repudio selectivo?

-De un lado, te filma la Policía. ¿Y quién maneja la Policía? La maneja el Ministerio de Gobierno. Es todo una chantada.

Dice que ve al Poder Judicial entrerriano en retroceso, fundamentalmente por los tiempos que tardan los jueces en resolver las causas. “En la parte formal, la Justicia anda bien, porque la presidenta (Susana Medina) lo que hace mejor es lo formal. Pero en tiempos de resolución de las causas, va para atrás. La Justicia es lenta. Y si vos no controlás a los jueces, no cumplen los plazos. Y justicia lenta no es justicia.

Afirma además que “el sistema acusatorio hace agua por todos lados”, que “la parrilla” -que las causas se demoren sin justificación alguna- sigue vigente y que además “hay un direccionamiento en la búsqueda de la verdad en las causas”.

Descree del funcionamiento del Consejo de la Magistratura –“es una banda de acomodos”- y pone en duda la capacidad de las entidades intermedias que forman parte de ese organismo: “Qué saben de tomar examen a un juez. Los académicos que integran el Consejo de la Magistratura nunca trabajaron de abogados. Los buscan para aprobar concursos, como el de (el presidente del Tribunal de Cuentas, Diego) Lara, que nunca trabajó de abogado. Los buscan para aprobar algún examen. No hay mucha credibilidad”.

Y asegura que en la Justicia entrerriana “hay buenos jueces, jueces brillantes, y otros acomodados”.

-¿Cómo está su relación con el procurador, Jorge García?

-Siempre lo respeté porque es buen jurista. El problema es el exceso de ego que tiene, como pueden decir los otros de uno. Lo que sí sé es la vinculación con el Ejecutivo. En su momento era muy fluida. Hoy no sé. Fijate que los procesados, los condenados políticos fueron dos o tres y direccionados. ¿La causa de contratos, dónde está? Ni contratos uno pasaron. Contrato 1, contratos 2, contratos 3. Todo un verso.

-Usted fue legislador, ¿cree que sigue funcionando el sistema de contratos en la Legislatura?

-No te quepa ninguna duda. Es el sistema de financiamiento de la política.

-¿Y los organismos de control?

-Los organismos de control tienen políticos para que no controlen. En el Tribunal de Cuentas, el único que controló, José Morel, se fue. Lara no puede controlar a nadie: tiene título de abogado, pero nunca ejerció. Hasta quemó los libros (se refiere a su etapa como intendente de María Grande y el incidente con los libros de una biblioteca popular). En la discusión respecto si al procurador debía juzgarlo el Jurado de Enjuiciamiento o un jury, Lara mandó su voto desde Ushuaia. Y por eso le pagaron. Lara es un atrevido.

-¿Es un premiado?

-Obvio, no te quema ninguna duda.

-¿Qué opinión tiene de la destituida procuradora adjunta Cecilia Goyeneche?

-Es muy capaz, pasada de rosca, y que cayó por exceso por pasarse de vuelta, pero la capacidad la tiene.

-Es crítica de los vocales de la Sala Penal.

-Ese enfrentamiento, cuando hubo un presidente en serio, era conmigo. Cuando no había presidente en serio, se tuvo que plantar la Sala Penal porque la Procuración y la Casación se llevaban por delante todo.

-¿La actual presidenta, Susana Medina, no sabe manejar el Poder Judicial?

-No todos saben manejar el Poder Judicial. Ella sabe manejar perfectamente los modos y el ceremonial, pero como jurista no le conozco ninguna publicación ni ningún fallo descollante.

-¿Qué piensa del fiscal de Estado, Julio Rodríguez Signes?

-Es un panqueque.

-¿Si gana Rogelio Frigerio piensa que va a seguir en el cargo?

-No te quepa ninguna duda. El amor de él es por el otro club (se refiere al radicalismo), no por el mío. Una cosa es ser socio de Urribarri y otra cosa es tener amor por la camiseta.

-Bordet lo mantuvo.

-Lo retuvo para emprolijar.

Fuente: Entre Ríos Ahora