Contratados municipales ante una grave situación laboral

Su principal inconveniente es la profunda brecha salarial que, comparada con un mínimo vital y móvil de 8.060 pesos, apenas cubre el 50 por ciento de esa suma.

La situación que viven los contratados municipales ha sido parte de un reclamo histórico en la comuna. Pero las enormes diferencias salariales actuales, sumado a una cobertura previsional calculada en base a una parte ínfima del salario, los coloca en condición más desventajosa todavía.

Nadie sabe exactamente cuántos empleados contratados tiene la comuna o, al menos, nadie interesado en hacerlo conocer. Pero en los últimos años el sistema desmadró no sólo por las excesivas incorporaciones, sino porque los datos reales fueron ocultados ex profeso. Las recientes negociaciones salariales no cambiaron el panorama para los contratados, todo lo contrario.

Cabe destacar que en el seno de la organización gremial que los agrupa, existe una comisión conformada por representantes de trabajadores que mantienen esa condición, con la idea que sus problemas sean tenidos en cuenta a la hora de cerrar las negociaciones. En el plano interno, sin embargo, todos saben que jamás se negocia con sus reclamos como bandera.

Sí, como puede observarse en el recibo que acompaña esta nota, que publicó el diario impreso, La Prensa Federal, más del 80 por ciento de los conceptos liquidados corresponde a no remunerativos es una obviedad que los aportes jubilatorios calculados, sobre el 20 por ciento restante, darán como resultado cifras que comprometerán seriamente el futuro haber jubilatorio. El otro tema es la imposibilidad de sumar antigüedad y, con ello, mejorar el cálculo.

De todos modos y aún cuando todo esto no se tuviera en consideración, el principal inconveniente es la profunda brecha salarial que, comparada con un mínimo vital y móvil de 8.060 pesos, apenas cubre el 50 por ciento de esa suma.

Los argumentos

Cada vez que se plantea la posibilidad de incorporación de contratados a planta permanente, la discusión gira en torno al compromiso presupuestario y a la imposibilidad de la selección. Los años de espera no otorgan capacidad para cubrir los puestos y nadie quiere hacer algo políticamente incorrecto, esto es, convertirse en responsable de una decisión que traerá complicaciones.

Una de las soluciones planteadas es la incorporación por antigüedad, pues se entiende que si alguien tomó la decisión de contratar es porque existía la necesidad y porque el ingresante cumplía los requisitos de idoneidad requeridos. Por lo tanto, no sería problema pasarlos a planta permanente, pese a que nadie ignora que el sistema de contratados ha servido también para pagar favores electorales.

Fuente: La Prensa Federal