Apostillas sobre la coyuntura

Cuando en el entorno, todo parece dejar de ser serio y las explicaciones se vuelven difíciles

De fiestas de cumpleaños y otras delicatessen

Si existe una característica de mis notas, la que me ha sido reprochada con asiduidad, es que por su seriedad las mismas se vuelven pesadas, aburridas y hasta incomprensibles.

Por Rocinante

No se trata de dar la razón a mis críticos, pero como descargo, debo decir, que es muy difícil tratar de mantenerse serio, en medio de un ambiente que da la impresión de irse transformando, poco a poco, en un loquero. Aunque se debe prestar atención al hecho que aun las locuras pueden ser, también ellas, materia de ese tipo de encararlo de esa manera.

Es que debe tenerse en cuenta que el hecho al que voy a referirme, sin entrar por supuesto en detalles archiconocidos y a los que no resulta difícil explicar, pero sí justificar, parecen ser uno de esos temas propios de los programas televisivos y revistas que se ocupan de los temas de ese segmento, inclasificable pero significativo, de nuestra sociedad conocidos como chismes de la farándula.

Aunque mi relación nada tiene que ver con las declaraciones o comentarios que se escuchan en contactos telefónicos de legisladoras o candidatas a serlo, las que parecieran ignorar que ciertas cosas solo pueden ser comunicadas cara a cara, de no contar con teléfonos que permitan la trasmisión de mensajes encriptados.

Ya que mi atención se vuelca a una fiesta de cumpleaños, que no fue celosamente vigilada, y que por esa circunstancia se hizo posible que se filtraran tomas fotográficas. Y en realidad no es tampoco así del todo, ya que en realidad lo que me interesa, es poder establecer cuál fue la reacción de la población ante ambas circunstancias, y algo que todavía más importa ante sus consecuencias.

Debo advertir, mientras tanto, que solo me limitaré a dejar planteada la cuestión, dado que me siento incapacitado de dar una respuesta honesta y clarificadora a temas con tantas aristas que los vuelven más complejos.

Es que como se sabe la conmoción de la fiesta y sus registros fotográficos, no fueron hechos que no necesitaron el paso de mucho tiempo para volverse humo, sino que se trató de un acontecer que vino a dejar cola. Prueba de lo cual son las discusiones que se extienden casi hasta el infinito, cargadas como se muestran de réplicas y contra réplicas, acerca de que la reacción de la gente ante lo ocurrido, algo que muchos tienen por un doble discurso y otros como una manifestación de hipocresía superlativa, incluso con el agregado de cuan poco interesa a los que mandan la gente por la que quisieran ser obedecidos, actitud que se tradujo en algo que se conoce como voto castigo.

Mientras que los que le llevan la contra a esa postura ven detrás del falso escándalo así generado, una maniobra fogoneada por la oposición, y potencializada por el encono proactivo hacia quienes nos gobiernan por parte de los medios de comunicación social alineados con aquella. Ya que ahora es una realidad que la oposición no tiene el monopolio de los medios, dado que existe un creciente número de ellos creados o adquiridos por amigos enriquecidos del gobierno.

En tanto lo que me lleva a pensar que esa postura no es acertada, o por lo menos es cuanto más una verdad a medias, es el partir de la base que si hubiera una explicación con ribetes éticos, o por lo menos de igualitarismo, en lo que suena a escarmiento, nunca hubieran podido los Fernández apropiarse del gobierno, si se tiene en cuenta la cantidad de hechos de corrupción en perjuicio del Estado, por la que existen no solo funcionarios y ex funcionarios, cuando no cumpliendo penas de prisión, al menos encausados. Tiene al respecto que existir una explicación que sea más fuerte que la creencia que los actuales gobernantes volverían mejores…

Ya que el dilema que se enfrenta para la explicación referida de la reacción ante una fiesta de cumpleaños, consiste en qué es peor, si una fiesta transgresora o el tirar bolsas de dinero sobre las tapias del convento….

Posiblemente la explicación sea una mezcolanza de esas dos cosas, con el aditamento de la falta de platita a la que se refería el ex ministro y actual candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires Gollan.

De ser así, solo me queda rogar que a esa conjunción, siga un re encauzamiento.

Fuente: El Entre Ríos