Historia

Dejó todo en Venezuela y vende comidas en Entre Ríos para ayudar a su familia

Marcelo González llegó hace cinco meses a Paraná junto a su mamá y su hermana; y hace un mes se le sumó su papá, ex jugador de la Selección Venezolana de Fútbol. Aún con trabajo y casa propia, dejaron atrás su lugar de origen dada la situación de inseguridad y de escasez de alimentos. Con 17 años, Marcelo entendió que tenía que colaborar con la economía familiar y por eso comenzó a elaborar "tequeños", una de las comidas más típicas y queridas por los venezolanos. Se preparan con una barrita de queso envuelto en masa de harina de trigo, luego se fríen o se asan y son reyes de las fiestas "más encopetadas o las más sencillas" en ese país.

Paraná no existía en el mapa de la familia González. Tenían la idea de instalarse, como muchos de sus coterráneos en Buenos Aires. Al llegar al aeropuerto de Puerto Iguazú, en Brasil y mientras esperaban para viajar a la Argentina su mamá comenzó a hablar con una venezolana, quien le mostró imágenes de la capital entrerriana y le trasmitió información sobre la ciudad. Les gustó. Madre e hijos coincidieron en eso, y cambiaron el rumbo.

La familia es oriunda de Puerto Ordaz, una localidad del estado Bolívar, al este de Venezuela. El lugar fue fundado en 1952 como puerto de exportación minera a orillas del río Caroní, en el punto donde éste fluye hacia el Orinoco. Allí hay muchas empresas mineras e hidroeléctricas.
"El clima húmedo, la ciudad rodeada de ríos, nos pareció que nos íbamos a sentir un poco en casa", contó Marcelo, mientras elaboraba los tequeños.

Llegaron a la terminal de ómnibus de Paraná y lo primero que hicieron fue comprar un diario. Así comenzaron a buscar un lugar donde dormir. Esa primera noche durmieron en un hotel de la zona luego, por un mes, en un hotel céntrico, y finalmente se mudaron al lugar que alquilan hoy. A los dos días madre e hijo comenzaron a recorrer las calles entregando sus currículums. La idea era que, una vez que lograsen instalarse, su papá se les acoplase y así lograr reunir a la familia.

Isnelvia María Caraballo Salazar, su mamá, es abogada. En Venezuela trabajaba en una empresa de servicios para maquinarias y hoy en Paraná es empleada administrativa en un supermercado. William González, su papá, era supervisor en una empresa básica de aluminio. Hoy, ya en suelo entrerriano, busca trabajo. Fabiana Sarai González Caraballo, de 14 años, cursa la escuela secundaria en la escuela Del Neuquén y Marcelo comenzará a estudiar en 2019 Ingeniería Civil en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).

Pertenecían a la clase media venezolana y no les faltaba trabajo, pero los asfixió la situación de crisis económica que vive su país desde 2013, recrudecida en los últimos tiempos. La inseguridad crece a diario y la escasez de comida es moneda corriente ya que las políticas adoptadas por el presidente Nicolás Maduro afectan principalmente a los ciudadanos.

¿Qué son los tequeños?
Pasapalos le llaman en Venezuela a las picadas, y los tequeños son los más requeridos, sobre todo en fiestas y celebraciones. "Vi que acá se consume mucho la torta frita y por eso se me ocurrió mostrarle un poco de la comida nuestra", contó. La receta: harina de trigo, polvo de hornear, aceite y queso cortado en palitos. Se elabora frito o asado, dependiendo del gusto de los comensales. "Los hago por encargue, porque aún no conozco las distintas zonas de Paraná", explicó.

Quienes quieran contactarlo telefónicamente pueden hacerlo al (343) 154155781.

Marcelo, en plena elaboración de tequeños (Uno Entre Ríos)

"Echarle pichón"
Echarle pichón, así le dicen en Venezuela a ponerle ganas, y es justamente lo que pretende Marcelo. "Emigrar no es un juego y debemos poner esfuerzo y responsabilidad en esto de buscar un mundo distinto, un nuevo hogar", expresó.

Allá dejaron sus familias, su cultura y muchas veces escuchan a Simón Díaz (Tío Simón), que le trae recuerdos de su Patria. Ya entienden que cuando le dicen "joya", están hablando de que está "todo bien" y no de una sortija, y que vago no es un indigente, sino un "chamo", como le dicen allá a los adolescentes.

"La primera vez que me dijeron ´te banco´ me quedé mirándolos", recuerda sonriente. Ya sucumbieron frente al dulce de leche y el asado y están tratando de acostumbrarse a desayunos magros y cenas abundantes. "Aún como cereales por las noches. Nosotros tomamos un gran desayuno y comemos poco por las noches", explicó el hincha de Mineros de Guayana.

El fútbol, herencia de su padre

William Gonzalez, el padre de Marcelo, participó en 20 partidos con la "Vinotino". Debutó el 2 de octubre del 1996, a sus 26 años y él lo lleva en la sangre. Esa era una de las cuestiones que más le pesaban a la hora de emigrar de su país, porque ya tenía un lugar en su equipo.

Ni bien estuvieron organizados comenzó a recorrer los clubes locales y fue Atlético Paraná quien lo incorporó a la Sub 20. Por el momento entrena con ellos y está ansioso de poder ficharse, aunque para eso deberá esperar unos meses.
Recibimiento entrerriano
Brasil blinda su frontera contra Venezuela y el sábado el municipio de Pacaraima, en el norte de Brasil, en la zona fronteriza con Venezuela, se vio sacudido por una serie de disturbios que tuvieron como blanco un grupo de inmigrantes venezolanos que se encontraba en tiendas de campaña.

Mientras tanto la ola inmigratoria de venezolanos a la Argentina creció 1.600% en los últimos cinco años. Argentina otorgó en 2012 1.900 residencias a venezolanos, mientras que en 2017 se superaron las 31.000 radicaciones a ciudadanos de ese país, más del 1.600% de incremento de este flujo migratorio.

En 2017, los venezolanos escalaron al tercer puesto en el ranking de nacionalidades por cantidad de radicaciones en Argentina, detrás de los paraguayos y bolivianos. En cuarto lugar, están los peruanos, seguidos por los colombianos. El aumento de la inmigración venezolana se debe al recrudecimiento de la crisis en el país y a la llegada de Mauricio Macri al poder en Argentina, un duro crítico de Caracas.

"Estamos fascinados y agradecidos de la recepción que hemos tenido por parte de los argentinos, y en especial de los paranaenses. Gente humilde y cálida que nos recibió con los brazos abiertos. No tuvimos problemas para ingresar y nos hemos encontrado en todo momento con personas maravillosas", explicó Marcelo.

Fuente: Diario Uno Entre Ríos