Comunicado

Docente agredida en Paraná. Escuela reclama por la “ausencia del Estado” en los sectores vulnerables

La docente de Paraná Melisa Marichal sufrió un hecho de violencia, cuando un grupo de vecinos cortaban el tránsito en el puente Eva Perón, en reclamo por anegamientos causados por las lluvias. Allí recibió un piedrazo por el que tuvieron que realizarle diez puntos en la frente.

El hecho ocurrió cuando Marichal salía de la escuela Atahualpa Yupanqui. Desde otra institución, en la que se desempeña como rectora, la escuela secundaria Pablo de Tarso, emitieron un comunicado horas luego del hecho.

En el comunicado, emitido en conjunto por la escuela y por la Fundación Presencia Presente, que sostiene la institución y de la cual también es parte Marichal, expresaron la preocupación por lo ocurrido y reclamaron por la ausencia del Estado en la zona.

A continuación, el comunicado completo:

En el día de hoy, quienes formamos la comunidad educativa de la Escuela de Gestión Social Pablo De Tarso y los miembros de la Fundación Presencia Presente, manifestamos nuestra preocupación por un acto de agresión sufrido por la directora de la institución, profesora Melisa Marichal, quien fue violentamente agredida por personas que se encontraban cortando el puente Eva Perón. La docente, sufrió un corte en la frente que demandó 10 puntos de sutura.

Quienes conocemos su trayectoria en la geografía de Anacleto Medina y San Agustín, desde el ámbito educativo, sabemos que Melisa ha realizado su trabajo con un pie en la escuela y otro en las calles, caminando el barrio, siempre interesada en brindar un mejor presente y futuro a los jóvenes, en contacto permanente con sus respectivos entornos familiares. Siempre desde la preocupación sincera y la generosidad, destinó recursos, tiempo y entusiasmo en desarrollar su trabajo, a partir de la educación como pilar fundamental de toda organización social.

Tal situación, como comunidad, nos preocupa y nos duele. Es de una notable gravedad el hecho de que la violencia esté presente como elemento naturalizado, como un componente más del paisaje urbano y social, y que aparezca como cotidiana. En este caso, la agresión se hace presente a partir de la incapacidad extrema de no poder resolver los reclamos con otro camino que no sea la violencia y el patoterismo; y también de un Estado, cuya ausencia demora las respuestas a las necesidades y reclamos de los sectores vulnerables de la sociedad, contribuyendo también a generar este tipo de situaciones.

Asimismo, queremos poner de manifiesto que, un hecho de semejantes características, es un impulso para revalorizar, como comunidad, el trabajo que día a día se hace desde la escuela para crear nuevos hábitos de vinculación y de oportunidades para los chicos y familias que transitan la escuela. Buscamos que este hecho se transforme en una oportunidad para seguir haciendo docencia, con un pie en la escuela y otro en el barrio, transformando la violencia en diálogo, el diálogo en concientización, y la concientización en empatía hacia el otro, buscando también mirarnos y reconstruirnos a nosotros mismos como actores sociales.

La sociedad que no queremos es la que cotidianamente buscamos cambiar desde las aulas, recorriendo las casas de nuestros alumnos, indagando en sus necesidades y danto lo mejor de nosotros en nuestra labor. La educación es una herramienta emancipadora y transformadora, y tenemos que estar convencidos de que las aulas son nuestro espacio de lucha. No buscamos enfrentarnos con las personas que agredieron a Melisa, sino con las aristas espinosas de un sistema que termina generando relaciones más pobres, ignorantes, violentas y deshumanizadas, por las cuales nuestros vecinos terminan enfrentados entre sí.

El objetivo es que la injusticia nos ponga en movimiento, y nos encuentre en el camino para decirles a nuestros jóvenes que otra clase de vida es posible, y animarlos que ellos mismos busquen esos nuevos horizontes, esparciendo esa esperanza como semilla para otro tipo de sociedad sea posible.

Nos solidarizamos con Melisa y esperamos que pronto pueda recuperarse para seguir contagiándonos de ese entusiasmo, para hacer del barrio y nuestra escuela, un semillero de personas de bien.



Fuente: El Entre Ríos - Fundación Presencia Presente