Elecciones 2019

Documento de un movimiento de la Iglesia: "Es en vano soñar que el triunfo de una u otra fuerza redimirá la situación social"

El Movimiento Comunión y Liberación, fundado en Italia por el sacerdote Luigi Giussani y que tiene hoy por máximo responsable en la Argentina al abogado entrerriano Fernando Giles, emitió un documento que contiene reflexiones sobre las próximas elecciones del 27 de Octubre, titulado "Elegir sin excluir: el otro es un bien para mí".

Comunión y Liberación plantea que "somos un pueblo, cuya identidad, es el reconocimiento de lo diferente y el encuentro de lo diverso" y que así lo atestigua la historia, aunque también advierte que siempre ha estado presente en la vida nacional "la tentación de la confrontación violenta entre enemigos excluyentes" y que "en los últimos años se ha dado una profundización de esa confrontación y un deseo de que el otro desaparezca".

"¿Desde dónde partir para recomenzar y construir? ¿Cuál es el germen que hace renacer una sociedad abierta al diálogo y a la amistad social?", se pregunta CyL, para, enseguida, afirmar que "todo comienza con la persona" y que "es en vano soñar que el triunfo de una u otra fuerza política redimirá la situación social, mitificando de este modo el acto eleccionario".

En los últimos párrafos propone superar la cultura de la confrontación con la cultura del encuentro, donde el otro es un bien para mí, propuesta que el entonces Cardenal Jorge Bergoglio expresara en un texto del año 2010.

Para ello, enfatiza cuatro principios: "el tiempo, el abrir procesos, es superior al espacio, al ocupar lugares; la unidad, en el cuidado de la amistad social, es superior al conflicto de intereses contrapuestos que necesitan ir juntos al bien común; la realidad es más importante que la idea, que trata de comprenderla con limitadas luces; el todo, la consideración de todos los factores de la experiencia, es superior a la parte, a aquél aspecto que más nos impresiona".

Citando una vez más al Papa Francisco, el Movimiento Comunión y Liberación alude a dos tipos de dinámicas: la del “político-intermediario”, que saca rédito de los conflictos, pone en contradicción a los polos oponentes y provoca la enemistad social para dominar; y la del “político-mediador”, que facilita el mutuo reconocimiento entre los polos en conflicto, ya que ambos son necesarios y complementarios en la medida en que abren la mirada sobre el horizonte del bien común.

"Considerar seriamente esto, nos permite vivir una experiencia humana realista, completa y a la altura de nuestro deseo. Porque no es eliminando al otro como este deseo infinito se ve satisfecho. El renovarse y multiplicarse de esta autoconciencia, es una auténtica esperanza para nuestro pueblo. Al ser conscientes de ello, podremos reconocer en el otro –que puede pensar distinto a nivel político pero que constitutivamente tiene el mismo deseo que yo- a un compañero de camino y por tanto alguien que es un bien para mí, para interrogarme y preguntar, para percibir aspectos ignorados, para aportar aspectos y reconocer límites", concluye.