Salarios

EDITORIAL

<b>Urribarri: entre el floripondio y la exageración</b>

Dentro del marco de un mensaje a la Asamblea Legislativa esencialmente “autoreferente” – palabreja que ha sido puesta de moda, por su aplicación crítica a los discursos presidenciales- el gobernador Urribarri ha hecho referencia en uno de sus párrafos a los hechos vividos en Concordia, que comenzaron por un amotinamiento policial, siguieron con saqueos que convirtieron a aquella en una “ciudad tomada” y que concluyeron con un acuerdo del mismo gobernador con los sediciosos, del que de una manera deplorable se “echó atrás”, borrando con el codo lo que había escrito con la mano.

Al respecto ha pretendido el gobernador Urribarri “salvar la ropa” en relación a tanta torpeza aludiendo a lo sucedido como una asonada que “ha tenido una respuesta institucional y legal sin precedentes en la democracia moderna. Los violentos y los que instigaron a la violencia están siendo juzgados, no por delitos menores, sino por lo que son: sediciosos cuya acción derivó en la pérdida de vidas humanas y la puesta en riesgo de cientos de otras, además de actitudes inadmisibles frente a autoridades constituidas. Y seguramente el proceso terminará con las condenas rigurosas que prevé la ley”. Agrega que es por eso que “felicitamos a la justicia por su accionar brillante y comprometido y alentamos a sus funcionarios a seguir hasta las últimas consecuencias buscando la sanción de los actores y de los instigadores, sean quienes sean”.

No se puede dejar de señalar que se ajusta a la verdad, apreciar a la justicia –y en especial al fiscal del Superior Tribunal-.por el hecho infrecuente entre nosotros de haber mantenido respecto a los sucesos a los que nos referimos una posición coherente y clara. Algo que no se dio en el caso del Poder Ejecutivo provincial donde después de un comienzo que lo mostraba en apariencia marchando con los “botines de punta” contra los amotinados, se lo vio en el momento siguiente acordar con los mismos una reestructuración en los haberes del personal policial, en lo que al final se convirtió, a estar a las declaraciones oficiales, en una vergonzosa claudicación ante la violencia.

Es que –en lo que no se sabe si fue un ardid o un “arrugue”- se concluyó “barajando y dando de nuevo” en relación a lo acordado, en lo que no ha sido nada más que una reestructuración solapada –en la medida que la misma no tomó oficialmente estado público- de lo inicialmente firmado, en presencia de un obispo y de un integrante de una entidad empresaria concordiense, a los que de esa manera se los redujo a la condición de testigos mudos de un “apriete”.

A este respecto debe señalarse que en su momento fuimos el único medio de la prensa escrita, que fuera recogido por un número pequeño de portales digitales, que dio a conocer en forma fragmentada –porque así era la información con la que pudimos contar- algunos de los resultados de la reestructuración del acuerdo inicial.

Fue cuando señalamos (El Entre Ríos, jueves 30 de enero de 2014) que entre el gobierno provincial y la fuerza policial “hubo un nuevo acuerdo salarial que se viene cumpliendo. En enero y febrero se cobra un plus similar al que recibieron los docentes, y a fines de marzo o principios de abril cobrarán la última suma acordada, que es de $8.200 para el agente” lo que no significa otra cosa que disminuir en 300 pesos el salario básico anteriormente acordado, Una información que debe considerarse válida dado que no sabemos haya sido desmentida o aclarada.

Es por eso que ante lo expuesto y buscando no menear más un suceso que ha llevado al encarcelamiento en Federal, según información que nos ha llegado y que no hemos podido confirmar- de más de una decena de efectivos policiales ignoramos si por su condición de sedicioso o su complicidad en los saqueos, nos limitaremos a señalar como un exageradísimo despropósito la indicación en el mensaje gubernamental referido que el amotinamiento de Concordia ha tenido una respuesta institucional y legal sin precedentes en la democracia moderna…

Fuente: El Entre Ríos (edición impresa)