Terrorismo

El fantasma que vuelve

Atentado en un supermercado de Francia

Un joven de 25 años, Redouane Lakdim, vinculado al yihadismo, asesinó el viernes pasado a tres personas e hirió a 16 en el sur de Francia. Un nuevo atentado de los llamados “low cost” vuelve a encender las alarmas europeas y del mundo entero.

Es que ya no se necesita secuestrar un avión comercial con 200 pasajeros a bordo y estrellarlo contra un edificio para sembrar pánico, el modus operandi ha cambiado. Entonces se suceden hechos como el la semana pasada donde un hombre salió simplemente a matar, con un arma, a quienes pudiera. No fue contra un centro financiero o un edificio emblemático o una zona turística, fue a un supermercado. Y atacó a quienes se encontraban allí.

Entonces surge la duda de todos: ¿cómo podemos protegernos de este tipo de actos? ¿Hasta qué punto se pueden tomar medidas contra ellos?

Existen ciertos medios de transportes que disponen de una serie de medidas de seguridad que al menos, a los ojos de los pasajeros, nos traen una cierta calma. Un claro ejemplo es el protocolo de seguridad de aeropuertos y de los aviones comerciales. Cada vez que uno quiere subir a una de estas naves debe cumplir con ciertas medida que van desde pasar por un detector de metales para poder abordarlo hasta restricciones en los materiales que se pueden llevar a bordo como más de 100ml de líquidos, elementos cortantes, etc.

Sin embargo, no se pueden controlar el acceso a todos los medios de transporte ni tampoco a la calle misma. O se puede controlar a todos los que manejan camionetas. ¿Podía prevenirse el atentado de noviembre de 2017 en el que cinco argentinos murieron en Nueva York cuando el conductor de una camioneta arremetió contra ciclistas y peatones y luego se estrelló contra un autobús escolar?

Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? ¿Basta con advertir sobre movimientos extraños en determinados lugares? Pero si se trata de la vía pública, ¿qué comportamientos sospechosos podemos advertir? Puede que nos volvamos paranoicos.

Es claro que se tienen que tomar medidas para defender a los ciudadanos por parte de los gobiernos. Ahora también es claro que es necesario frenar de alguna forma este tipo de atentados.

Por ahora, el aumento de controles no ha hecho más que generar un cambio en su forma de operar. Falta encontrar aún la solución para que estos no se sucedan más. Todos los ciudadanos del mundo, estemos donde estemos, lo andamos necesitando.

Fuente: El Entre Ríos (Edición Impresa)